Vistas de San Vicente de la Barquera
Cantabria,  España

Una escapada perfecta: qué hacer y ver en Cantabria en 4 días

Descubre los mejores lugares turísticos y la deliciosa gastronomía de Cantabria en 4 días. En este artículo, te ofrecemos el itinerario completo que realizamos nosotros con recomendaciones para que puedas aprovechar al máximo tu tiempo en la región. Conoce la historia y tradiciones de Cantabria, disfruta de las playas y parques naturales más impresionantes, y explora la cultura local en Santander y otros pueblos pintorescos. Si estás planeando un viaje a España, ¡no te pierdas este artículo sobre una escapada perfecta a Cantabria!

⛰️ ¿Por qué visitar Cantabria?

 

Si aún no te has decidido a visitar Cantabria, te mostramos las 3 principales razones por las que nosotros ni nos lo pensamos: 

 

1- La región de Cantabria es ideal para aquellos que disfrutan de actividades al aire libre. El Parque Natural de Cabárceno ofrece una experiencia única de safari en la naturaleza, mientras que los Picos de Europa ofrecen rutas de senderismo y montañismo para disfrutar. En Santoña podrás hacer la conocida Ruta del Faro del Caballo o quizá realizar un paseo en barco por el Mar Cantábrico.

 

2- Cantabria es también famosa por su gastronomía, con platos típicos como los sobaos pasiegos, el cocido montañés y la anchoa del Cantábrico. Los amantes de la comida como nosotros, disfrutaréis explorando la región y descubriendo sus manjares.

 

3- Si te interesa la historia y la cultura, Cantabria tiene diferentes monumentos que visitar. Cuenta con importantes yacimientos arqueológicos, como la cueva de Altamira, que es Patrimonio de la Humanidad  o la Cueva del Soplao, con diferentes formaciones únicas en el mundo. También hay numerosos pueblos y ciudades con una rica arquitectura histórica, como Santander, Santillana del Mar y Comillas.

 

 

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📷 Qué ver en Cantabria en 4 días: itinerario

 

 




👉 Día 1: Castillo de Argüeso – Santander

 

Empezamos nuestro viaje en Madrid, madrugando para poder llegar temprano a Cantabria. El primer lugar que visitamos fue el Castillo de San Vicente de Argüeso, un pequeño castillo situado en la comarca de Campoo-Los Valles. Su ubicación estratégica fue clave para controlar la ruta que conectaba la costa con el centro de la península. El castillo fue propiedad de la Familia Vega hasta que llegó a manos de la influyente Familia Mendoza. En 1962, el castillo fue donado con la condición de ser restaurado y abierto al público, y así poder conocer su historia y poder darle un uso. 

 




 

El conjunto del castillo incluye una necrópolis medieval, las murallas construidas posteriormente, y la Ermita de San Vicente Mártir. Podrás visitar todo por el módico precio de 3€ (1,50€ la reducida). La visita comienza con una breve explicación en la entrada del castillo y luego puedes recorrerlo a tu antojo. Nos pareció una visita muy agradable y admiramos el excelente trabajo artesanal de restauración realizado por un vecino del pueblo, como un puzle de madera gigante. Junto al castillo se encuentra el pequeño poblado cántabro de Argüeso, en el que podrás conocer los castros, la forma de vida del siglo VII al I a.c. Puedes reservar tu visita con guía para conocer la historia de este emplazamiento. ¿Sabías que hicieron falta 8 legiones roamanas para derrotar la aldea? 

 

Tumba Castillo de argüeso
Tumba exhumada

 

 

Después de la visita, era hora de comer, así que buscamos un restaurante en las cercanías. El restaurante que elegimos se llama La Cigüeña de Ormas, que ofrece un excelente menú del día a un precio más que razonable. Eso sí, si planeas comer allí, es mejor reservar porque es pequeño y suele estar muy concurrido. De primero probamos el cocido montañés por primera vez, y como segundos platos, elegimos el cachopo, guiso de cabrito y una sartén de casquería. De postre, disfrutamos de yogur casero, cuajada con miel y tarta de moras. ¡Fue una deliciosa experiencia!

 

PlanDviajero
Comiendo en Ormas

 

Después de haber disfrutado de una deliciosa comida, pusimos rumbo a Santander para visitar el impresionante Palacio de la Magdalena. Este emblemático edificio fue construido para la familia real española en el periodo comprendido entre 1908 y 1912, gracias a una suscripción popular (el pueblo pagó el castillo). Durante su historia, ha tenido varios usos, como sede de la Universidad Internacional de Verano, hospital, residencia temporal para los afectados por el famoso incendio de Santander en 1941, entre otros. En la actualidad, el Palacio pertenece al Ayuntamiento de Santander, tras ser vendido por Don Juan de Borbón por 150 millones de pesetas (900 mil euros). La entrada a las visitas guiadas tiene un coste de 5€ y 3€ la reducida. 

 




Después de la visita al Palacio de la Magdalena, recorrimos la península que lleva su nombre, dónde puedes optar por hacer una visita guiada por el palacio y sus jardines. Allí pudimos disfrutar de varios parques, las antiguas caballerizas e incluso un pequeño zoológico de acceso libre. También se exhiben barcos de diferentes épocas, monumentos y hasta una cápsula de salvamento marítimo. Además, desde allí se pueden disfrutar unas vistas privilegiadas de la entrada a la Bahía de Santander, así como de las playas del Camello y del Sardinero. Finalmente, ya casi anocheciendo, visitamos el paseo marítimo de Santander en dirección a la Playa del Sardinero. Luego, nos dirigimos a nuestro alojamiento para cenar y descansar.

 

 

👉 Día 2: Santoña – Ruta del Faro del Caballo – Castro Urdiales – Casco Histórico de Santander

 

En nuestro segundo día de viaje, nos aventuramos a realizar una ruta recomendada por el hermano de Aarón, la ruta del Faro del Caballo. Esta impresionante caminata atraviesa el Monte Buciero, situado en la Bahía de Santoña, y nos llevó a través de un entorno natural espectacular. Durante todo el camino, pudimos ver acantilados impresionantes, aguas turquesas, una densa vegetación y varios fortines y baterías de defensa que datan de la época de las guerras carlistas. El Faro del Caballo, que se encuentra al final del recorrido, es un lugar construido en 1863 para señalizar la costa.

 

Ruta Faro del Caballo
Ruta Faro del Caballo Santoña




Aunque la ruta no es demasiado complicada, tiene algunos tramos que pueden resultar algo exigentes para aquellos que no estén acostumbrados a caminar por la montaña. A lo largo del recorrido, encontramos varias subidas y bajadas, y en el tramo final hasta el faro, hay unos 111 peldaños, cada uno de ellos con una altura diferente. Aunque debes tener en cuenta que, cuando los bajes, tendrás que volver a subirlos para regresar al punto de partida, podemos asegurarte que las vistas que se tendrás desde arriba como desde el propio faro son espectaculares. Una vez que llegamos al faro, nos dimos un breve descanso para disfrutar del paisaje y sacar algunas fotos. Para volver, decidimos seguir el mismo sendero de ida, aunque nos desviamos ligeramente para visitar la Batería de San Felipe. Es importante señalar que existen multitud de senderos y rutas diferentes, que se adaptan a varios niveles de condición física y tiempo para hacerlas.

 

 

De regreso en Santoña, continuamos por el paseo marítimo, donde pudimos disfrutar la Virgen del Puerto, la residencia militar, el Centro de Interpretación de las Marismas de Santoña, así como varios edificios históricos y el puerto pesquero, famoso por ser el lugar de origen de las famosas anchoas de Santoña. Después de una mañana ajetreada, llegó la hora de comer, por lo que buscamos un lugar donde comer en nuestro camino hacia nuestro próximo destino, Castro Urdiales. Elegimos parar en la Barca de Treto, un restaurante cercano a Santoña que se especializa en platos de pescado fresco de la zona. Las porciones eran abundantes y el sabor delicioso, sin duda una elección acertada. Si estás interesado en conocer más sobre la gastronomía de Cantabria y dónde disfrutar de los mejores platos típicos de la región, te recomendamos que eches un vistazo a nuestro artículo sobre la Gastronomía Cántabra, o realizar el tour por las marísmas de Santaña. 

 

Letras Santoña
Letras de Santoña

 

 

Castro Urdiales es una ciudad que se encuentra en la frontera con el País Vasco, por lo que podrás apreciar una gran influencia en la forma de vida de su gente, así como en su gastronomía. Un ejemplo claro de esta influencia son los pintxos, que se pueden encontrar en muchos de los bares y restaurantes de la ciudad. A la hora de encontrar estacionamiento puede ser complicado, ya que la mayoría de las plazas de aparcamiento son de pago. Te recomendamos aparcar en la Playa de Ostende, ya que desde aquí podrás recorrer toda la costa, pasando por varios lugares de interés turístico.

 

Playa de Ostende, Castro Urdiales
Playa de Ostende, Castro Urdiales

 




Uno de los primeros lugares que descubrimos en nuestra visita, es el Pedregal, una pequeña cala de rocas a la que el agua del mar entra a través de una cueva, lo que hace que el lugar sea especialmente interesante cuando el mar está picado. A pocos metros de distancia, se encuentra el Castillo-Faro de Santa Ana, una fortificación del siglo XII que ofrece magníficas vistas del casco histórico y de la costa. Junto al castillo, se encuentra la Iglesia de Santa María de la Asunción, un templo gótico del siglo XIII. Es impresionante ver el desgaste de la piedra, lo que hace que parezca arena. 

 

 

 

Otro de los lugares que debes visitar en Castro Urdiales son las ruinas de la iglesia de San Pedro, un remanente del estilo románico que impresiona por su estado de conservación. También te recomendamos pasear por el puerto pesquero, donde podrás contemplar los barcos de los pescadores y la vida diaria de los marineros. Visita el mirador de la Bahía de Castro Urdiales, situado al lado de la Ermita de Santa Ana, donde podrás disfrutar de unas vistas panorámicas impresionantes. En cuanto a la gastronomía, no te pierdas la oportunidad de degustar los exquisitos pintxos, auténticos manjares de la cocina vasca, que podrás encontrar en los bares y restaurantes del centro de la ciudad.

 

Letras de Castro Urdiales
Letras de Castro Urdiales

 

Para acabar el día volvimos a Santander, para ver lo que nos había quedado pendiente del día anterior. Una vez más, aparcamos en el parking gratuito de la playa del Camello y comenzamos nuestro recorrido en la Plaza Porticada, donde pudimos disfrutar de su arquitectura y ambiente, la Catedral de Santander y sus calles más céntricas. Después quisimos visitar el museo antiaéreo, pero estaba cerrado. Los Rasqueros y la grúa de piedra que se encuentran en el puerto son dos de los monumentos de Santander que debes ver. Te recomendamos que lo hagas al atardecer, es un momento mágico. Acabamos el día llegando al Centro Botín, un edificio icónico que destaca por su diseño moderno y su ubicación privilegiada frente al mar. Allí podrás disfrutar de algunas exposiciones de arte contemporáneo y de las impresionantes vistas al mar Cantábrico. Si quieres conocer más detalles sobre qué ver en Santander, no dudes en leer nuestro artículo dedicado a esta ciudad tan especial.

 

Catedral de Santander
Catedral de Santander

 

 

👉 Día 3: Cueva el Soplao – Desfiladero de la Hermida – Potes – San Vicente de la Barquera

 

El día 3 de nuestro recorrido por Cantabria fue, sin lugar a dudas, uno de los más emocionantes e inolvidables. Comenzamos el día visitando la famosa Cueva del Soplao, una auténtica maravilla de la naturaleza. Esta cueva es considerada una de las 5 mejores del mundo, y no tardamos en entender por qué. Su interior es simplemente espectacular, con estalactitas y estalagmitas que forman figuras impresionantes y un lago subterráneo que te dejará sin palabras. La visita a la Cueva del Soplao es guiada y se accede mediante un tren minero, que te llevará hasta una de las galerías de acceso. Lo mejor de todo es que esta visita está adaptada para todo el mundo, incluso para personas con movilidad reducida. Así que, si estás planeando un viaje a Cantabria, no dudes en hacerle un hueco a la Cueva del Soplao. Puedes llegar muy fácilmente con la excursión a la cueva desde Santander.

 

Los fantasmas
Los fantasmas El Soplao

 




Continuando nuestro día dirigiéndonos al Desfiladero de la Hermida, para realizar la Ruta Mitológica. A lo largo del sendero, podrás encontrar criaturas mágicas de la mitología cántabra mientras te acercas al mirador de Santa Catalina. Aunque el sendero tiene bastante pendiente, es divertido para los niños y al llegar al mirador, situado en una plataforma flotante sobre el desfiladero, podrás disfrutar de unas vistas únicas. Además, justo al lado de la plataforma se encuentran las ruinas de un antiguo castillo medieval y, en uno de los laterales, unas pinturas rupestres un tanto difíciles de ver.

 

 

 

Después de la caminata, paramos a comer en La Hermida, una pequeña población en el valle camino a Potes. El restaurante Casa Paquín, muy familiar, se convirtió en el mejor que visitamos en todo Cantabria, tanto por la calidad de su comida como por la atención recibida. ¿Qué mejor después de una caminata que un buen cocido? Con nuestros estómagos llenos, continuamos nuestro camino hacia Potes, otro de los pueblos más conocidos de Cantabria.

 

qué ver en Cantabria en 4 días
La Hermida, Cantabria

 

 

Potes es uno de los pueblos más encantadores de España. Se trata de una pequeña villa medieval situada en la Comarca de Liébana, rodeada por la majestuosidad de los Picos de Europa. Una de las cosas que más te llamará la atención es la cantidad de puentes que se encuentran en su territorio. Es por ello que se le conoce como «la Villa de los Puentes». El puente Nuevo de Potes, el puente viejo y el puente de la Cárcel son solo algunos ejemplos de los puentes que podrás encontrar en este encantador pueblo.

 

 




Además de su riqueza arquitectónica de estilo medieval, Potes también cuenta con una gran variedad de actividades para hacer al aire libre. Desde recorrer las rutas de senderismo en los Picos de Europa accediendo desde Fuente Dé, hasta disfrutar de un día de rafting en el río Deva, o visitar sus museos como el Museo del Beato de Liébana que se encuentra en la Torre del Infantado. En cuanto a la gastronomía, encontrarás toda una variedad de platos típicos del Valle de Liébana. Desde la deliciosa carne de vacuno hasta el sabroso cocido lebaniego, podrás degustar los mejores sabores de la gastronomía cántabra. Después de recorrerlo entero y visitar sus principales monumentos nos queda claro por qué es uno de los pueblos más bonitos de España.

 

Trajes típicos, museo de Potes
Trajes típicos, museo de Potes

 

 

Decidimos pasar nuestras últimas horas del día en San Vicente de la Barquera, hermoso pueblo costero. Al llegar, lo primero que nos sorprendió fue su imponente puente que conecta la villa con la otra orilla del río. Después recorrimos las Marismas de Pombo, un área natural protegida de gran belleza, en la que pudimos observar una gran variedad de aves y otros animales autóctonos. También accedimos al Castillo de San Vicente, una antigua fortaleza que data del siglo XIII y que en su interior guarda multitud de objetos históricos y un pequeño museo. Desde sus murallas tendrás muy buenas vistas del pueblo y de las marismas. Por último, acudimos a la Catedral de San Vicente, un templo gótico que data del siglo XIII y que cuenta con una impresionante torre campanario. Aunque San Vicente de la Barquera es un pueblo pequeño, su riqueza histórica y natural lo convierte en un lugar imprescindible en cualquier viaje por Cantabria. Además, sus calles empedradas hacen de este destino un lugar muy acogedor y encantador. No puedes dejar de visitar San Vicente de la Barquera. ¡Te aseguramos que no te arrepentirás!

 

 

 

 

👉 Día 4:  Cuevas de Altamira – Santillana del Mar – Acantilado el Bolao – Comillas – Bosque de Secuoyas

 

Nuestro último día en Cantabria lo comenzamos visitando las famosas Cuevas de Altamira, considerada como la Capilla Sixtina de la prehistoria. ¡Y no es para menos! Esta cueva alberga una de las colecciones de pinturas rupestres más abundantes y mejor conservadas de toda Europa. Es por eso que fue declarada como Patrimonio Mundial de la Unesco. Ubicada en Santillana del Mar, la cueva cuenta con un moderno centro de interpretación que permite conocer en detalle la historia y el valor artístico de este tesoro arqueológico. Además, dentro del centro de interpretación se encuentra una impresionante recreación de la cueva original, la Neocueva, que permite a los visitantes entrar en la Cueva de Altamira. Te recomendamos que accedas con guía para no perderte nada. Puedes reservar tu entrada a la Neocueva y Museo de Altamira con guía en este enlace. Es importante destacar que el acceso a la cueva original está muy limitado debido a su fragilidad y conservación. De hecho, para poder visitarla es necesario reservar con meses o incluso años de antelación, lo que lo hace casi imposible. 

 

Cuevas de Altamira
Cuevas de Altamira

 




Nuestra visita fue a la Neocueva, recreación de la famosa cueva de Altamira. Durante nuestro recorrido pudimos apreciar varios hologramas que recreaban la forma de vida de las personas que la habitaban en aquella época. Aunque se trata de una recreación, la experiencia es completamente realista te permite sentirte inmerso en la época prehistórica. Pero sin duda, lo más impresionante llegó en la gran sala de las pinturas. ¡Es espectacular! La cantidad de pinturas y escenas recreadas en el techo es simplemente impresionante. La sensación de estar en medio de la cueva mientras se disfruta de estas maravillas es indescriptible. Sin duda, una visita a la Neocueva es una experiencia única. 

 

Al terminar nuestro recorrido por la Neocueva, continuamos la visita en el museo, lleno de piezas arqueológicas encontradas en diferentes yacimientos de la zona. Además de las piezas, el museo cuenta con paneles informativos que detallan la historia de la cueva y de otras cuevas de la zona en las que también se encontraron pinturas rupestres y evidencia de actividad humana. Aunque estas cuevas no son visitables, la información proporcionada por el museo permite a los visitantes tener una visión completa del pasado de la región.

 

 

 

Tras la cueva fuimos a conocer Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos de España y el pueblo de las 3 mentiras, pues no es Santo, ni llano, ni tiene mar. Durante nuestra visita a este pueblo cántabro, comenzamos en la oficina de turismo donde nos informaron de todo lo que podíamos ver. Uno de los lugares más interesantes que nos recomendaron fue el Museo de la Tortura, un lugar que nos dejó sin palabras. En este museo exhibe instrumentos de tortura utilizados en la Edad Media y muestra las crueles técnicas que se empleaban para castigar a los delincuentes. Aunque puede resultar algo espeluznante, es sin duda una visita recomendada. Otro lugar que visitamos fue la Colegiata de Santa Juliana, data del siglo XII y no deja de sorprender por su belleza y elegancia. Justo al salir, se encuentra un local en el que se vende leche fresca, quesada pasiega y sobaos.  Productos locales casero a muy buen precio, nos encantó.

 

 

 

Pasear por las calles empedradas de Santillana del Mar es todo un placer para los sentidos. El pueblo está lleno de rincones que nos cautivaron y edificios históricos que nos hicieron sentir en otra época. Otro punto a destacar es el Parador, ubicado en un edificio del siglo XVIII, con una decoración elegante y refinada. Es uno de los mejores sitios para alojarse en el pueblo. Por último, visitamos el Museo Diocesano, donde pudimos ver una impresionante colección de arte sacro, que incluye pinturas, esculturas y otros objetos litúrgicos de gran valor histórico y artístico.

 

 




 

Después de disfrutar de Santillana del Mar, nos dirigimos hacia el Acantilado del Bolao. Un impresionante paisaje natural de acantilados que ofrece vistas de las formas de sus rocas, del mar Cantábrico, y todo un espectáculo con el sonido de las olas rompiendo y la brisa del mar. Sin duda se crea un ambiente único que no puedes perderte en tu visita a Cantabria. Aquí también se encuentran las ruinas de un antiguo molino de agua, y grandes prados con animales pastando.

 

 

 

Comillas es otro de los pueblos más conocidos de la costa cántabra. Siendo la hora de comer, acudimos al restaurante La Cuestuca, donde pudimos probar varios platos típicos de la zona, como una tabla de quesos cántabros, chipirones, o uno menos local como el cachopo. Después de recargar energías, nos dirigimos al Capricho de Gaudí, una obra del famoso arquitecto catalán que se encuentra en esta localidad. Esta edificación es un auténtico espectáculo visual, llena de colores, formas y detalles, puedes leer nuestro artículo sobre el Capricho de Gaudí para tener toda la información. Continuamos nuestro recorrido visitando el impresionante Palacio de Sobrellano, un edificio que combina elementos de diferentes estilos arquitectónicos y que sorprende por su elegancia y majestuosidad. Finalmente, subimos al Mirador de la Universidad, un lugar que nos brindó unas vistas panorámicas de la localidad de Comillas y a lo lejos su universidad. La entrada cuesta 7€ y puedes creernos que merece la pena cada euro invertido en visitar este edificio tan curiuoso.

 

 

 

Después de recorrer Comillas, nos dirigimos hacia el bosque de secuoyas en Cabezón de la Sal. Este bosque es un tesoro natural, donde se encuentran algunas de las secuoyas más grandes de Europa. El recorrido por el bosque se realiza por pequeños senderos de tierra, rodeados de árboles gigantes y frondosos, que nos hicieron sentir muy pequeños. Existe un tramo adaptado para que personas con diversidad funcional o edad avanzada puedan visitar este trocito de naturaleza. Sin duda, este fue el broche de oro a nuestra visita a Cantabria antes de volver a Madrid.

 

Bosque de secuoyas de Cantabria
Bosque de secuoyas de Cantabria

 

🛏️ Dónde dormir en Cantabria

 

En Cantabria optamos por tomar como base la Posada Santa Ana, por su buena ubicación para poder movernos por todo Cantabria. El aspecto rústico del lugar, con sus paredes de piedra y sus techos de madera nos encantó. La habitación en la que nos alojamos era amplia y cómoda y muy acogedora.

 

Posada Santa Ana
Posada Santa Ana

 

 

El personal de la posada fue amable y servicial en todo momento. El desayuno tipo bufet fueron abundantes y muy ricos, con una selección de panes, frutas, yogures, quesos y embutidos. También pudimos disfrutar de una cena en la posada el día que llegamos y también nos gustó mucho. Puedes reservar tu habitación aquí.

 

 

Ahora que conoces nuestro itinerario por Cantabria en 4 días, quizá quieras conocer más a fondo algunos de los lugares que hemos mencionado por lo que te recomendamos nuestros artículos sobre: la Cueva del Soplao, Castillo de Argüeso, Qué ver en Santander o el Capricho de Gaudí. En cambio, si prefieres optar por ver nuevos destinos te recomendamos leer Lanzarote en 4 días, qué ver en Plasencia o las Fallas de Valencia. Déjanos en comentarios si has visitado alguno de estos destinos, o cuál será el siguiente al que vayas.

 

 

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