Visita al Templo de Debod en Madrid, un atardecer mágico

Templo de Debod, Madrid.

El Templo de Debod fue construido en el siglo II a.C. en honor a los dioses Amón e Isis en la región de Debod, al sur de Egipto, a 25 kilómetros de la primera catarata del río Nilo. A lo largo de los siglos, este monumento resistió las arenas del desierto y las transformaciones de civilizaciones. Sin embargo, su destino estaba destinado a cambiar de manera inesperada.

En la década de 1960, Egipto se encontraba inmerso en la construcción de la gran presa de Asuán, un proyecto que traería consigo la amenaza de inundación para varios sitios arqueológicos, incluido el Templo de Debod. Ante esta encrucijada, el gobierno egipcio tomó la decisión de desmontar el templo piedra por piedra para poder preservarlo. La UNESCO y los gobiernos de Sudán y Egipto convocaron a la comunidad internacional para ayudarles en las tareas de salvar el patrimonio histórico, trasladando templos y monumentos a lugares seguros. El templo de Debod fue el primero en ser desmontado y trasladado a la isla de Elefantina, y desde el primer momento estaba pensado que sería un regalo a algún país extranjero que fuese de gran ayuda.

En un gesto de amistad y agradecimiento, Egipto donó el Templo de Debod a España en 1968 como reconocimiento por la ayuda española en el salvamento de los templos de Abu Simbel, muy cercanos a la zona de construcción de la presa. Así, el Templo de Debod fue trasladado a Alejandría, para ser embarcado y trasladado a España. Su nuevo hogar fue el Parque del Oeste de Madrid, donde se reconstruyó en 1970, plantando jardines, construyendo fuentes a su alrededor y reconstruyendo los fragmentos perdidos. El templo abrió sus puertas al público en 1972 y hoy en día continúa recibiendo a cientos de visitantes todos los días.

El Templo de Debod en Madrid es una joya arqueológica que va más allá de su apariencia exterior. Con sus espectaculares atardeceres y junto con sus jardines, es un lugar ideal para hacer un picnic, dar un paseo o simplemente, descansar entre el bullicio de Madrid. En su interior, te esperan nueve salas con varias exposiciones que podrás recorrer a tu aire mientras vas leyendo los paneles informativos, completando la experiencia.

La visita al interior comienza en el vestíbulo, el espacio de entrada decorado con escenas que representan la ofrenda del emperador romano Augusto ante los dioses Isis, Osiris, Amón de Debod y Mahesa y Toth de Pnubs. Espera, para un momento. ¿Un emperador romano en un templo egipcio? Sí, esta parte del templo corresponde con la ampliación romana, que se desarrolló desde el 22 antes de Cristo hasta el Siglo I. Los romanos dotaron al templo de su fachada actual, construyeron el primer portal y crearon el Mammisi, traducido así como «la casa de nacimiento divino».

La puerta situada más a la derecha conduce a una sala donde un audiovisual, se narra la historia del templo y su traslado a Madrid. Es la primera sala en visitarse y te ayudará a comprender qué hace este templo en la capital española. La puerta central te lleva a la Capilla de Adijalamani, la sala más antigua del templo que data de la época Meroita (200-180 a.C.), muy impresionante por sus escenas que narran la ofrenda del rey Adijalamani a los dioses de Debod. Por un momento nos olvidamos de que estábamos en Madrid y verdaderamente sentimos que estábamos en tierras del río Nilo, fue todo un aliciente para visitar Egipto… Al cruzar la sala, accederás a la parte trasera y más oculta del templo. Esta parte acoge el santuario, junto con sus dos capillas y criptas laterales.

La puerta izquierda conduce al piso superior, que consta de tres salas diferentes. En la terraza, se exhiben restos arquitectónicos originales del templo junto con explicaciones sobre su ubicación e inscripciones.  En la Capilla Osiriaca, la sala más pequeña, encontrarás una maqueta del templo en el siglo I, con la muralla que rodeaba el templo y sus tres puertas originales. Avanzando, llegarás a una gran maqueta interactiva de la Baja Nubia y los templos rescatados durante la Campaña de la UNESCO de 1960 a 1982. Puedes iluminar cada templo para conocer su nombre, año y ubicación actual.

Como colofón, deberás salir a la gran plataforma frente al edificio principal, que alberga dos de los tres portales originales. El segundo portal, más cercano al templo, fue construido por el Rey Ptolomeo VI en 172 a.C., destacando las inscripciones griegas y jeroglíficas de su cornisa. Este área es perfecta para que te hagas alguna foto sin gente y puedas tener tu momento top model privado en una de los monumentos con más historia de Madrid. Asique ya sabes, programa tu visita al Templo de Debod, ¡una experiencia inolvidable en el corazón de Madrid!

Llegar al Templo de Debod es sencillo y accesible desde diferentes puntos de Madrid. Si optas por el Metro, la estación más cercana es Plaza de España, servida por las líneas 3 y 10. Además, cuentas con diversas opciones de autobuses que te acercarán al templo, incluyendo las líneas 25, 33, 39, 46, 74, 75 y 148. Ya sea que prefieras la comodidad del metro o la versatilidad de los autobuses, el Templo de Debod te espera en el corazón de la ciudad, listo para revelarte su fascinante historia y cautivar tus sentidos con su esplendor arquitectónico. ¡El viaje hacia este antiguo rincón de Egipto comienza con metro!

Si estás planeando tu visita al Templo de Debod, podrás hacerlo en horario continuo desde las 10:00 de la mañana hasta las 20:00 horas, de martes a domingo, excluyendo únicamente los días 1 y 6 de enero, 1 de mayo, y el 24, 25 y 31 de diciembre. La visita al Templo de Debod es gratuita, permitiéndote conocer el interior sin ningún costo. ¿Cuál es tu excusa para no entrar? Te recomendamos que evites los días festivos y fines de semana. Se acumula mucha gente y las colas pueden durar varias horas.

Cuando termines de maravillarte con la belleza del Templo de Debod, te sugerimos que continúes visitando los tesoros que se encuentran por Madrid. Aquí te presentamos algunos lugares cercanos que no querrás perderte:

• Plaza de España

Este rincón emblemático te da la bienvenida con sus imponentes estatuas, jardines y la inconfundible presencia de la Torre de Madrid. Detente un momento y déjate envolver por la belleza que se despliega ante tus ojos. ¿Te apetece una vista panorámica de Madrid desde las alturas? Entonces, no dudes en subir a lo más alto del Riu, a su mirador que desafía las alturas con su plataforma de cristal. Desde este punto privilegiado, podrás contemplar la ciudad en toda su extensión, con el horizonte extendiéndose ante ti y el skyline de Madrid.

• Gran Vía

Continúa tu recorrido por la Gran Vía, que más que una simple vía de tránsito, es un verdadero espectáculo de la vida urbana, rebosante de encanto y vitalidad. Sus teatros, con el imponente edificio Capitol como emblema, son auténticos templos de la cultura y el entretenimiento. Desde espectáculos teatrales hasta musicales de renombre, estos espacios artísticos dan vida a la noche madrileña. Las tiendas y boutiques a lo largo de la Gran Vía ofrecen un festín para los amantes de las compras, desde marcas de lujo hasta tiendas de moda emergentes. La arquitectura característica de la Gran Vía es otro motivo para maravillarse. El emblemático edificio Capitol, los majestuosos teatros de Callao, y la imponente presencia del edificio Metrópolis son solo algunos de los edificios de renombre que encontrarás en tu camino. Cada fachada cuenta una historia, cada rincón esconde secretos y cada edificio es una pieza del rompecabezas que conforma la riqueza cultural de Madrid.

• Puerta del Sol

Este lugar icónico va más allá de ser solo un punto de encuentro de las principales calles madrileñas; es un epicentro que bulle con la vida y la energía característica de Madrid. En este emblemático espacio, te aguardan una serie de elementos que hacen de la Puerta del Sol un lugar inigualable. El famoso «Kilómetro Cero» marca el punto desde el cual se miden todas las distancias en España. La Casa de Correos, que alberga la sede de la Comunidad de Madrid, se erige majestuosa recordándonos que la Puerta del Sol es también un espacio político importante. La emblemática estatua de el Oso y el Madroño, símbolos arraigados en la historia de la ciudad, añaden un toque pintoresco a la plaza, mientras que el cartel luminoso de Tío Pepe aporta un destello distintivo a la panorámica urbana.

• Museo Cerralbo

Si eres un apasionado de la historia y la cultura, el Museo Cerralbo es una parada obligada en tu travesía por Madrid. Este palacio-museo no solo alberga colecciones impresionantes, sino que también te muestra la España del siglo XIX, ofreciéndote una mirada única a la vida aristocrática de la época. Al caminar entre sus estancias, te encontrarás rodeado de opulencia y refinamiento, experimentando la cotidianidad de una familia aristocrática en su máxima expresión. Los salones ricamente decorados, las obras de arte exquisitas y los objetos de la vida diaria de la época. Te aseguramos que quedarás fascinado por la cuidada disposición de las colecciones y la atmósfera envolvente que te transporta a una época de esplendor.

• Estación Fantasma de Chamberí

Sumérgete en la nostalgia explorando la Estación Fantasma de Chamberí, un rincón único que ofrece una experiencia inolvidable. Esta estación de metro, cerrada al público desde 1966, no solo es un testimonio de la evolución del transporte subterráneo en Madrid, sino que también es un portal que te transportará a la época dorada de la ciudad. Al adentrarte en sus pasillos, sentirás cómo el tiempo se detiene. La arquitectura original de la estación, meticulosamente conservada, te envolverá en la atmósfera auténtica de la década de 1920.

Los carteles originales, el mobiliario de la época y los detalles arquitectónicos te sumergirán de lleno en el Madrid de antaño, proporcionándote una experiencia visual y sensorial única.  Así que, al dar un paso en este túnel del tiempo, te sumergirás en una auténtica vuelta al pasado, donde los susurros de la historia resuenan entre los azulejos y los andenes. ¡Déjate llevar por esta experiencia única que te transportará a otra época mientras exploras los vestigios bien conservados de la Estación Fantasma de Chamberí!