¿Qué pensarías si te dijéramos que Marte está en España? Estamos hablando de Lanzarote, un lugar mágico en las Islas Canarias. 4 días en Lanzarote son los que necesitas para conocer a fondo la isla. Con este artículo sabrás por qué este es uno de los destinos turísticos más populares en nuestro país y qué lo hace tan especial. Desde paisajes de arena negra, roja o blanca, sus viñedos en La Geria, hasta sus cuevas como la Cueva de los Verdes, Lanzarote ofrece experiencias únicas que no puedes encontrar en ningún otro lugar. Sigue leyendo para descubrir porqué Lanzarote en 4 días debería estar en tu lista de destinos de viaje.
🏝️ ¿Por qué visitar Lanzarote?
Segunda vez que visitamos las Canarias, siendo la primera vez con Tenerife, y en este caso escogimos Lanzarote como siguiente isla a conocer. Nos decantamos por ella por 4 razones:
1- Un lugar único en la Tierra. Visitar Lanzarote es como si cogiésemos un cohete a Marte. Una isla repleta de volcanes, paisajes negros y rojizos, túneles de lava, etc. En definitiva, y ya te venimos adelantando, un paisaje totalmente diferente a Tenerife. Será verdad eso que dicen que cada isla de las Canarias es distinta a las demás.
2- Variedad de turismo. En Lanzarote podrás disfrutar de distintos tipos de turismo. Turismo de playa, sobre todo en la increíble Playa del Papagayo de arena blanca y aguas cristalinas, turismo cultural con sus encantadores pueblos como Teguise, declarado como uno de los pueblos más bonitos de España, arte con las (muchas) construcciones de César Manrique, senderismo para conocer el Timanfaya o algunos volcanes como el del Cuervo, Caldera Blanca o la Corona, gastronomía con los vinos de La Geria, y un largo etcétera.
3- Accesibilidad y precio. Lanzarote es una de las islas más fáciles a las que volar desde la Península y con los vuelos más baratos.
4- 2×1 en islas. Ya que visitas Lanzarote, es una gran oportunidad para conocer la que es considerada la octava isla de Canarias, la isla de La Graciosa. Toma un barco desde el puerto de Órzola hasta su única población, Caleta de Sebo y recorre esta pequeña isla en bici. Una aventura que sin duda debes incluir en tu visita a Lanzarote.
📅 ¿Cómo organizamos nuestra ruta por Lanzarote?
Aprovechando que los vuelos estaban baratos en enero, decidimos viajar a esta isla. Además, como la isla es pequeña y apenas se tarda como máximo 1 hora en ir de una punta a otra, 4 días en Lanzarote fueron suficientes. Como acostumbramos a contaros en nuestros otros post, nosotros organizamos nuestras rutas en función del tiempo y la distancia que toma desplazarse desde el alojamiento hasta las distintas paradas de nuestro itinerario.
Sobre todo ahora que la gasolina está tan cara, hay que planear bien la ruta y evitar desplazamientos innecesarios. En este caso, nos alojamos en el centro de la isla, concretamente en San Bartolomé. Aunque es verdad que si hubiéramos ido en una temporada más calurosa, seguramente hubiéramos escogido alojamiento en la playa porque Lanzarote no es muy grande.
🌋 Qué ver en Lanzarote en 4 días: itinerario
👉 DÍA 1: Nordeste de Lanzarote
Pies puestos en tierras canarias, ¡llegamos a Lanzarote! Nuestra primera parada tras aterrizar y coger el coche de alquiler fue directamente la Cueva de los Verdes (B). Más que una cueva, es más bien un túnel de lava de 3.000 años de edad. Concretamente, surgió tras las erupciones del Volcán de La Corona que dieron lugar a 6km de túneles subterráneos que tienen su fin en el mar en lo que llaman Túnel de la Atlántida.
La cueva sirvió como refugio de los habitantes de Lanzarote durante los saqueos piratas que eran muy habituales. Dentro de la cueva podréis descubrir el por qué de su nombre y, además, hay un lago que parece tener muchísima profundidad… Es todo un misterio este lago, es más, guarda un secreto que sólo descubriréis si venís a visitar la cueva. Nosotros no os lo desvelaremos 😜.
La visita es un recorrido guiado de 1 km caminando, y tiene una duración aproximada de 1 hora. La entrada tiene un coste de 10€ para adultos, 5€ para niños entre 7 y 12 años, gratis para menores de 7. También podéis adquirir la entrada a la cueva comprando los distintos bonos visita a varios centros que podéis encontrar pinchando el anterior enlace.
Ya os adelantamos que es la mejor opción a tomar. En nuestro caso, y creemos que es el que merece más la pena, escogimos el bono de 4 centros por 29€. Para más información, como por ejemplo los horarios o detalles como los estafilitos y las distintas salas como el auditorio, podéis echarle un vistazo a nuestro post sobre la Cueva de Los Verdes.
Nuestra siguiente parada en el itinerario fue Jameos del Agua (C), un centro natural y artístico localizado en el mismo túnel de lava. La intervención artística y arquitectónica fue realizada por el tan amado por los lanzaroteños, César Manrique. Pretende mostrar la armonía entre la naturaleza y la creación artística. La palabra jameo proviene de lenguas aborígenes y se refiere a un hundimiento en el terreno causado por el colapso del techo de un tubo volcánico.
Cuando vayáis, podréis comprobar con vuestros propios ojos que se trata de un pequeño oasis en medio de paisajes de piedra negra. La visita es libre por un precio de 10€ la entrada para adulto, aunque también viene incluida su visita en los bonos que os comentábamos. Podéis consultar los horarios en el anterior enlace a la página web de Turismo Lanzarote.
El complejo se compone del Jameo Chico y el Jameo Grande, donde podréis encontrar multitud de espacios súper instagrameables, un auditorio, una enorme piscina, zonas tipo bar, cafeterías, zonas ajardinadas, cascadas, etc. Entre ambos, existe un pequeño lago originado por filtraciones marinas, que tiene una gran importancia ecológica debido a que es hábitat de una especie de cangrejo única y endémica, el cangrejo ciego Munidopsis polymorpha. Se trata de un cangrejo blanco de apenas 1 cm de longitud.
Su protección es sumamente cuidada ya que son muy sensibles a los cambios en la laguna como la luz, la temperatura, el ruido o incluso el óxido de las monedas. Así que ya sabéis, nada de monedas al agua y mucho menos bañarse.
¡Turismo responsable! Los Jameos se encuentran enclavados dentro del monumento natural de La Corona y está clasificado como sitio de interés científico y como área de sensibilidad ecológica. Detrás de la escultura del cangrejo ciego que hay en la entrada podréis acercaros a la costa.
Continuamos nuestra ruta y esta vez paramos en el pequeño pueblo de Haría (D). Se caracteriza por un microclima que convierte esta zona la más verde de la isla. Además, te darás cuenta de que, en cuanto contrastes con otros pueblos, las puertas y ventanas de las casas son verdes mientras que en pueblos costeros como Órzola estas son azules. En definitiva, el estilo todo blanco con el pop de color en las puertas y ventanas es muy propio de la arquitectura en Lanzarote.
En cuanto a Haría, nosotros te recomendamos que te pierdas por sus calles y aproveches el factor sorpresa para conocerlo. Sin embargo, los puntos de interés en el municipio son: la Plaza de la Constitución donde se encuentra el aljibe y el Ayuntamiento (un lugar súper fotogénico), la Plaza León y Castillo con su Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, y la Casa Museo de César Manrique aunque no la visitamos. Justamente en esta segunda plaza fue donde comimos, en el Centro Sociocultural La Tegala.
El restaurante es muy bonito con techos de trabajo artesano. La comida muy buena (como no iba a estarlo si se trata de gastronomía canaria 😍) y a buen precio. Comimos croquetas caseras, papas arrugadas con mojo (obviamente), queso del país, y una garbanzada. Para beber probamos una cerveza de la tierra, la Tropical (muy suavecita, perfecta si no te gusta demasiado la cerveza). De postre tarta de queso, mousse de chocolate y dos cafés.
Una vez puestas las pilas, visitamos el Jardín de Cactus (E). Se trata de otra de las intervenciones de César Manrique en la isla. Un cactarium en forma de anfiteatro que alberga alrededor de 4.500 ejemplares de cactus de 450 especies distintas, procedentes de distintas zonas como Madagascar, América, Marruecos, Etiopía, y la propia Canarias.
Su origen, y prácticamente a ello debe su forma, está en la extracción del lapilli. Era una cantera de este piroclasto volcánico útil para la agricultura al ayudar a retener la humedad para el cultivo. El molino que hay en lo alto era utilizado para la molienda del gofio. La entrada cuesta 6,50€, aunque también se incluye en los bonos visita.
A unos 20 minutos se encuentra el siguiente punto de la ruta de este primer día, un municipio nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España. Se trata de Teguise (G). Tal vez hayas oído hablar de este pueblo por su famoso mercadillo de los domingos. En nuestro itinerario, visitamos Teguise el primer día porque pillaba de pasada para poder verlo sin demasiada gente, aunque volvimos a ir en domingo para disfrutar del mercadillo.
En este municipio tienes que ver la amplia Plaza de la Constitución donde se encuentran la Casa Museo del Timple o Palacio Spínola, y la Iglesia Matriz de Nuestra Señora de Guadalupe. Además, pasea por sus calles que están llenas de encanto. Otro de los puntos turísticos es al Castillo de Santa Bárbara, pero al ir hacia allá tuvimos que dar media vuelta porque se encuentra cerrado por obras. Supuestamente, las obras debían durar 8 meses, pero permanece cerrado desde 2020…
En cuanto a la iglesia, es la estampa más icónica del pueblo con su alta torre que sobrepasa todas las edificaciones del lugar. Data del siglo XV y se compone de 3 naves en cuyo centro se encuentra la Virgen de Guadalupe. Destaca su estilo gótico-mudéjar y el blanco de su interior.
Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, Teguise
Terminamos con la última visita del día, la Playa de Famara (F). Esta enorme playa del norte de la isla, con nada más y nada menos que 6 kilómetros de longitud de playa de arena fina, es muy conocida por surfistas, sobre todo kitesurf, por las grandes olas que se forman aquí. ¡Flipamos con lo alto que llegaban los surfistas! Lo peor de esta playa es que hace mucho viento, pero se contrarresta con los impresionantes acantilados. Además, desde aquí se puede ver la isla de la Graciosa.
En definitiva, es el lugar perfecto para deportistas y a quienes les gustan los paseos largos. Su acceso es fácil pero, debido al viento, la carretera se llena de arena por lo que hay que tener cuidado con el coche para que no patine.
Playa de Famara, Lanzarote
Volvimos a nuestro apartamento en San Bartolomé (H) para cenar y dar un paseo nocturno. Aquí puedes ver el apartamento en el que nos alojamos y si te gusta reservarlo.
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Una joya histórica que no puedes perderte en Zaragoza. Con esta visita guiada al Palacio de la Aljafería, descubre la historia y la arquitectura de este monumento único. 🕌✨
👉 DÍA 2: Jaca, San Juan de la Peña, Santa Cruz de la Serós y Broto
Un nuevo día comienza y esta vez despertamos en Jaca (A), capital de la región de la Jacetania que debe su importancia a su emplazamiento en el camino a los Pirineos, y a que fue la primera capital del Reino de Aragón. Para enterarte de todo lo que no puedes perderte de la ciudad, horarios y precios, visita nuestra entrada sobre Jaca pinchando en el enlace.
Desayunamos temprano para aprovechar la mañana, un buen café, unas tostadas y algún bollito. En primer lugar, visitamos la Catedral de Jaca, cuya entrada es gratuita. Seguidamente, fuimos a la Ciudadela que, como os comentábamos en el post de Jaca, dispone de varias modalidades de visita y actividades de aprendizaje que allí se pueden realizar. La entrada de la visita libre puede adquirirse por 8€ para adultos y 5€ la reducida. También tienen la posibilidad de realizar una visita guiada que dura 45 minutos por 9€, 6€ la reducida, entre otras modalidades de visita. Por último, recorrimos la ciudad para apreciar sus edificios, algunos destacados por su distinguido estilo modernista, y la Ermita de Sarsa.
Casi ya al mediodía, nos pusimos rumbo a la Sierra de San Juan de la Peña, concretamente, al precioso Monasterio de San Juan de la Peña (B), tanto el monasterio viejo como el nuevo. El monasterio viejo es de estilo románico y, sobre todo, de estilo jaqués por su distinguido ajedrezado presente en los arcos de su magnífico claustro. El claustro es como una galería de arte pues en cada capitel podemos ver representadas distintas escenas bíblicas como la expulsión de Adán del Paraíso, o la llegada de los Reyes Magos de oriente. Sin embargo, también podremos disfrutar de frescos, ver salas de estilo gótico, o de un estilo neoclásico como el Panteón Real de construcción posterior. En el monasterio de arriba podrás sacar tus tickets.
Lo mejor de subir esta peña es la sensación que se te queda al visitar el lugar. Verlo por primera vez el lugar es francamente genial, pero hemos de decir que es la segunda vez que visitamos el lugar y la sensación sigue siendo igual de genial. Subir con el coche por una carretera serpenteante y cuando menos te los esperas, te encuentras con el precioso Monasterio de San Juan de la Peña. Sin palabras.
Seguimos subiendo la peña hasta la Pradera de San Idalecio para ver el monasterio nuevo, este de estilo barroco. Allí arriba hay un gran parking gratuito. Una buena idea es hacer un picnic en la explanada o en la zona arbolada. También, es imprescindible que dediquéis una horita o dos paseando por allí, parando en determinados puntos para ver la inmensidad de los Pirineos. Además, por allí podréis encontrar carteles con la fauna y la flora típica. Incluso os toparéis con las ruinas de un antiguo nevero.
Más tarde, ya bajando San Juan de la Peña, hicimos varias paradas en los distintos miradores para admirar el paisaje. Obtendréis unas muy buenas panorámicas de la sierra, y vistas al pueblecito de Santa Cruz de la Serós (C), nuestra siguiente parada. Es un pueblo súper pequeñito pero encantador. Una muy bonita iglesia, casas de piedra, calles pequeñas e irregulares, coloridos balcones llenos de plantas y flores, y un riachuelillo definen este lugar. Una vuelta cortita pero una parada obligatoria para conocer el pueblo y comer en el Restaurante O’fogaril, muy cerca de la Iglesia de Santa María de Santa Cruz de la Serós. Nosotros nos pusimos las botas con el cordero 😋. ¡Estaba exquisito!
Después de llenar el estómago, o más bien, después de salir petados del restaurante, nos fuimos directos a Buesa (D), donde nos alojábamos. Sin ningún tipo de compromiso, podemos comentaros que nuestra experiencia en el hotel donde nos alojamos durante 2 noches fue excepcional, el Balcón del Pirineo. Personal agradable y, sobre todo, unas vistazas impresionantes a la montaña y al pueblo. Checking hecho y pasamos la tarde descansando en el apartamento.
A eso de las 8, bajamos a Broto (E) para cenar y ver la Cascada del Sorrosal. Se trata de dos saltos de agua que, en conjunto, miden 100 metros de altitud. Se encuentran al final de un tramo lineal adaptado de unos 5 minutos que circula por el fondo de un valle glaciar o valle en U. Si observas la roca, se puede apreciar una morfología de grietas paralelas en las paredes propias de la erosión que provocó el movimiento de una antigua lengua de glaciar. El glaciar formó lo que se denomina el valle en U. Sin embargo, actualmente discurre el río Sorrosal que también ha provocado erosión fluvial. Algunos valientes se aventuran para bañarse en las gélidas aguas bajo la cascada o a hacer la vía ferrata que hay justo al lado. Para la próxima, ¡nos queda pendiente hacerlo!
Es un pueblo bastante turístico donde podréis aparcar fácilmente en el parking gratuito que hay casi al final del pueblo (nada disparatado ni preocupante porque es muy pequeño). La avenida principal está llena de tiendas de souvenirs, bares, etc. Os dejamos en el siguiente enlace nuestro post sobre qué podéis ver en Broto. En cuanto a la cena, os podemos asegurar que el Restaurante las Endrinas es de los mejor lugares donde hemos cenado en todos los viajes que hemos hecho. Menú a buen precio con cantidades abundantes, además de variedad de carta. Otro extra, son las vistas al río y el fresquito de la terraza. Existen dos turnos de cena (a las 20:00 y a las 22:00), por lo que recomendamos reservar mesa. El personal fue muy amable y atento.
Por último, vuelta al hotel y a la cama temprano que al día siguiente madrugamos para ir de los primeros al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. No sin antes prepararnos el almuerzo del próximo día, unos bocadillos con fiambre que habíamos comprado en un supermercado en Broto.
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Conoce Jaca con un Tour guiado
Descubre el encanto histórico y cultural de una de las ciudades más importantes de los Pirineos. Con esta visita guiada por Jaca, explora su catedral, ciudadela y rincones llenos de historia. ⛪✨
👉 DÍA 3: Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
¡A madrugar! Aunque sean las vacaciones, a veces hay que sacrificarse un poquillo. El tercer día de nuestro viaje por Huesca lo dedicamos al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (B), concretamente, a hacer senderismo en la Ruta de Cola de Caballo. Antes de nada, te compartimos el siguiente enlace a nuestro post sobre la Ruta de Cola de Caballo ya que contiene toda la información sobre el recorrido, horarios de autobuses, itinerario, recomendaciones, y otros aspectos que debes saber sobre la ruta o de otros itinerarios alternativos.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha sido declarado como Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, cosa que no es de extrañar debido a su enorme diversidad paisajística cambiante con las estaciones en cuanto a su vegetación, además de elevados picos, profundos valles, circos glaciares, y cascadas. En este caso, decidimos hacer la Ruta de Cola de Caballo, la senda más famosa del parque. Escogimos esta ruta debido a su popularidad, a que es una de las rutas de dificultad más asequible (digamos que dificultad media), y por lo increíble que se veía en fotos, aunque ya os adelantamos que es aún más impresionante en persona. Una ruta lineal de 17,5km de recorrido que se completa en aproximadamente 5 horas, 3 de ida y 2 de vuelta.
Nuestro hotel estaba a 15 minutos del pueblo de Torla-Ordesa, lugar al que teníamos que acudir para coger el autobús hasta Pradera de Ordesa, donde comienza el recorrido. Esto se debe a que se restringe el acceso en coche al parking de Pradera de Ordesa durante los meses de verano. El bus sale junto al Centro de Visitantes del Parque. El ticket se compra en una caseta situada junto al aparcamiento y el billete de ida y vuelta cuesta 4,50€.
Para no repetir mucho más por aquí sobre la senda, ya que os contamos todo en nuestro otro post antes enlazado, os resumimos las partes más alucinantes del itinerario que son: la Cascada de la Cueva, la Cascada del Estrecho, las Gradas de Soaso, y el Circo Glaciar de Soaso con la Cascada de Cola de Caballo (el final del trayecto). Un consejo, ¡no te tomes el recorrido como si de un reto se tratara! ¡Deja de pensar en la meta! Simplemente, disfruta del camino, desconecta y siente la naturaleza.
Después de tanto andar, nos tocó un merecido descanso en el jacuzzi del hotel. Sólo volvimos a salir para cenar de nuevo en Broto (C), esta vez en la famosa Pizzería la Tea. Pizzas caseras artesanales de muchos sabores, buenos ingredientes, gran tamaño y perfecta relación calidad/precio. Nosotros pedimos pizzas para recoger en el establecimiento y así llevárnoslas al hotel. Cena en la terracita con vistas a la montaña y Buesa iluminada. ¿Mejor plan? Imposible.
🏨
Si buscas un lugar especial para disfrutar del Pirineo, no podemos dejar de recomendarte el Balcón del Pirineo. Es donde nos alojamos y quedamos enamorados. Habitaciones cómodas, vistas espectaculares y un ambiente que te invita a volver una y otra vez. ¡Sin duda, un acierto seguro! 🏔️💙
👉 DÍA 4: Aínsa y Alquézar
El último día de nuestras vacaciones en Huesca lo dedicamos a la visita de los dos pueblos medievales más bonitos de la provincia y, muy probablemente, de España. Se trata de Aínsa (B) y Alquézar (C), dos pueblos de los que puedes encontrar, pinchando en sus respectivos enlaces, un post exclusivo de cada uno de ellos.
En primer lugar fuimos a Aínsa. El coche lo dejamos en el parking de pago que hay detrás del Castillo de Aínsa. Es un parking mixto de coches y autocaravanas que cuesta 3€ las 24h. Flipamos con el enorme patio de armas del castillo, cuya entrada es gratuita y se permite el acceso a la parte superior de las murallas. Allí también hay un Ecomuseo de la fauna pirenaica, que puede ser de interés para los más pequeños.
Seguidamente, pasamos el pequeño mercado medieval que hay entre el castillo y el núcleo de la población, además de un gran atractivo turístico para la villa, la Plaza Mayor. Esta es una de las plazas más bonitas que hemos visto de entre todos los lugares que hemos visitado. Tiene mucho encantado, incluso apetece sentarse a tomarse un tinto de verano o una cerveza bien fresquita. A continuación, bajamos por la calle mayor para ver el resto del casco antiguo como sus diferentes portones, tuvimos unas bonitas vistas desde el mirador Balcón de Aínsa y, por último, subimos por la calle Santa Cruz hasta la Iglesia de Santa María, que nos sorprendió por su pequeño claustro.
Aunque tenga pocas calles, existen muchos rincones y puntos desde lo que salen fotos muy bonitas. Además, hay muchas tiendas donde podéis comprar souvenirs, mermeladas, quesos, vinos, pasteles, productos medievales, y un largo etcétera. No os podéis ir de aquí sin haber comprado los típicos caramelos medievales de violetas.
Ya casi a la hora de comer, pusimos rumbo a Alquézar debido a que nos pillaba de camino a Madrid. Como aún era temprano, decidimos dar una vuelta por el pueblo y pronto nos dimos cuenta de que, además de ser realmente precioso, estaba muy masificado. Es más, había tanta gente que de todos los bares y restaurantes que había, que no son pocos, no pudimos comer en ninguno. Asíque cogimos el coche y nos fuimos a la entrada del pueblo, justo al lado de un camping.
Se trata del Restaurante Las Melias. Fue todo un acierto porque, aunque estaba lleno, nos sentaron rápido y comimos muy muy bien. Comimos por un precio bastante menor que lo que ofrecían el Alquézar, menú por 15€ en comparación de los 18-20€ o incluso más de por allí. Además, muy buena atención. Para beber, vino de la tierra con casera, de primero pasta rellena, y de segundo, longaniza de Graus y pollo a la brasa, ambos con guarnición de pimientos de padrón y patatas.
En cuanto al aparcamiento en Alquézar, no es muy difícil porque está bien dotado de plazas, aunque es verdad que en temporada alta puede ser algo más difícil dejar el coche relativamente cerca. Hay un parking gratuito justo en la entrada del pueblo. Cuando se llena, existen más aparcamientos en la misma carretera desde la que se accede al parking. Nosotros hemos llegado a ver los coches aparcado en el trozo de tierra de la carretera desde la última rotonda antes de llegar a Alquézar, hasta arriba. Unos 10 minutos andando si tienes la mala suerte de aparcar aquí, casi 1 km.
Una vez arriba del pueblo, de nuevo, hicimos una actividad muy divertida para conocer el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. En concreto, hicimos senderismo por las Pasarelas de Alquézar (D), también conocidas como las Pasarelas del río Vero. Se trata de una ruta circular de senderismo de 1 hora de duración y 3km de longitud que pasan por zonas áreas de pasarelas voladizas, y zonas de camino que hacen de este sitio una forma divertida y cómoda para conocer el paisajismo y medioambiente del lugar. Nosotros conseguimos las entradas por 4€ a través de su web.
Es una ruta bastante fácil, así que simplemente necesitarás un calzado adecuado que agarre bien, pues la roca está muy desgastada por el paso de los turistas. También, no te olvides de llevar agua, gorra, y protector solar, aunque no será muy necesario gracias a la vegetación y al barranco que nos protegerán del sol.
Ya terminado el recorrido, y haber aprovechado para darnos un bañito en el río, cogimos el coche y de vuelta a Madrid tranquilamente. ¡Menudo viaje que nos hemos pegado! ¡Nos ha encantado! Os podemos asegurar que queremos repetir pronto.
⛰️
Vive una aventura inolvidable con esta experiencia de barranquismo en el Pirineo Aragonés. Desciende por cañones, salta cascadas y siente la adrenalina en uno de los entornos naturales más impresionantes de España. ¡Perfecto para los amantes de la aventura! 🌊🔥
🛌 Dónde dormir en Huesca
Si buscas una experiencia inolvidable, no busques más allá del Balcón del Pirineo, uno de los mejores alojamientos de Huesca. El encanto rústico y acogedor de las habitaciones nos sorprendió, cada detalle cuidadosamente seleccionado para garantizar una estancia cómoda, relajante y de lujo. Lo que realmente nos atrajo del alojamiento son las impresionantes vistas a las montañas, creando un paisaje de ensueño.
Al regresar cada día, siempre reponíamos fuerzas en el jacuzzi privado de nuestra habitación. Además, el alojamiento dispone de un jacuzzi exterior que podrás reservar para tomarte un relajante baño al aire libre. ¡Lo recomendamos por la noche! Si estás planeando un viaje a Huesca y deseas una estancia que mezcle comodidad y belleza natural, te recomendamos reservar en el Balcón del Pirineo.
💡 Recomendaciones para visitar Huesca
- Para conocer Huesca en su totalidad recomendamos viajar entre 5 y 7 días. Aunque con esta guía de 4 días en Huesca habrás visto lo principal, sin quedarte con sabor a poco.
- El momento perfecto para viajar es en Mayo – Junio, temperaturas perfectas, tiempo soleado y abundancia de agua en los ríos y cascadas. Además, es posible que podáis ver nieve perpetua en lo alto de los Pirineos. Sin embargo, visitar Pirineos en Otoño tiene que ser una pasada con todos los colores amarillos, naranjas, rojos y marrones.
- Tener en cuenta dónde nos alojamos para optimizar el tiempo, y así, ajustar nuestras rutas y planes diarios.
- Andar mucho. Sí, más vale que te guste ponerte las deportivas porque conocer el Pirineo aragonés implica andar. Ya te adelantamos que no te arrepentirás, las caminatas valen mucho la pena y, sobre todo, estando en un entorno tan privilegiado como este.
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