Qué ver en el Castillo de Argüeso: una joya medieval en Cantabria

Descubre el Castillo de Argüeso, un tesoro enclavado en el corazón de Cantabria, España. Esta magnífica fortaleza medieval ofrece un auténtico viaje al pasado y una mirada única a la historia de la región. Explora junto a PlanDViajero los imponentes muros del castillo, sus torres y su impresionante arquitectura mientras te sumerges en siglos de historia. No pierdas la oportunidad de descubrir los secretos que guarda esta joya de Cantabria y vivir la experiencia por ti mismo. ¡Aquí te contamos todo lo que necesitas saber para visitar el Castillo de Argüeso y hacer de este destino tu próximo Plan D!

El Castillo de Argüeso, una de las fortalezas medievales más emblemáticas de Cantabria, se encuentra sobre una antigua ermita dedicada a San Vicente Mártir, del siglo IX. Entre los siglos XIII y XV fue reformándose hasta convertirse en el imponente castillo que vemos hoy. La primera torre, situada a la derecha, se construyó en el siglo XII, y poco después, en el XIV, se añadió la segunda torre, reforzando su carácter defensivo en el valle de Campoo.

Durante la Edad Media, el castillo fue hogar de la Familia Vega, una familia noble originaria de lo que hoy conocemos como Torrelavega. Entre sus muros vivió Leonor de la Vega, una mujer adelantada a su tiempo, que defendió la fortaleza frente a los Manrique de Lara por cuestiones de herencia (como siempre…)  Su matrimonio con Diego Hurtado de Mendoza uniría los apellidos Vega y Mendoza, dos de las familias más influyentes de la nobleza castellana. A partir de entonces, el Castillo de Argüeso pasó a formar parte del poderoso legado de los Mendoza, conocidos también por el majestuoso Castillo de Manzanares el Real, en Madrid.

Ya en el siglo XV, se añadió el edificio central que unía ambas torres, dejando al conjunto con su fachada actual. Con el paso de los siglos, el castillo fue heredado una y otra vez hasta caer en el abandono. En 1962, su última propietaria decidió donarlo al Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso, imponiendo una condición clara: debía restaurarse. Un año más tarde, se planteó incluso convertirlo en Parador Nacional, aunque el proyecto nunca llegó a realizarse. ¡Una pena no poder dormir aquí!

Hubo que esperar hasta 1988, cuando el Gobierno de Cantabria impulsó su restauración. Bajo la dirección del maestro Tomás Sobaler, los artesanos locales reconstruyeron su interior con madera noble, encajando cada pieza como si se tratara de un gigantesco puzle medieval. Finalmente, en 1999, el Castillo de Argüeso reabrió sus puertas al público, recuperando su esplendor y convirtiéndose en uno de los símbolos históricos más importantes del sur de Cantabria. Hoy, visitar sus torres y pasillos es mucho más que una visita cultural: es conocer un lugar que estuvo muy cerca de desaparecer para siempre.

La visita al Castillo de Argüeso comienza en el edificio anexo, una construcción posterior que hoy sirve como entrada al recinto. Allí te ofrecen una breve introducción sobre la historia del castillo, el proceso de restauración y algunas curiosidades que te ayudan a entender su valor. La visita es libre, así que después de la introducción, puedes recorrer cada rincón a tu ritmo, empezando por la planta baja.

Nada más entrar, el ambiente cambia: los muros de piedra y el olor a madera crean una sensación súper chula. Desde esta primera sala se accede a los bajos de la torre del homenaje, donde todavía se conservan los restos de la Ermita de San Vicente Mártir, así como utensilios y huesos de animales encontrados durante las excavaciones arqueológicas. Subiendo por las escaleras de la nave central, llegamos a una amplia estancia que se utiliza para actos culturales, exposiciones e incluso bodas. A ambos lados hay balcones desde los que se pueden ver unas vistas espectaculares del valle de Campoo, rodeado de montañas verdes.

Seguimos la visita subiendo por una escalera voladiza de madera, una de las partes más llamativas del recorrido. En el centro de la sala cuelga una lámpara artesanal, también de madera. Desde esta planta se accede a la azotea de la nave central, un lugar perfecto para pararse a contemplar las vistas panorámicas y entender el porqué de esta ubicación para el castillo. En días despejados, el paisaje es sencillamente impresionante.

Antes de continuar, aprovechamos el balcón interior de la torre para hacer algunas fotos. Es uno de los puntos más fotogénicos del castillo, con una luz preciosa que entra por las ventanas de piedra. La visita termina en la torre del homenaje, donde se ha recreado una habitación medieval con muebles, utensilios y decoración de época. Una forma genial para hacerse una idea de cómo era la vida cotidiana de los antiguos señores del castillo. Un detalle curioso: muchas de las piezas interiores fueron elaboradas por artesanos cántabros durante la restauración, siguiendo técnicas tradicionales.

Antes de que existiera el castillo, en este mismo lugar se encontraba una pequeña ermita del siglo IX dedicada a San Vicente Mártir. Los restos aún los puedes ver en la base de la torre izquierda, integrada dentro del actual edificio. Durante las excavaciones se encontraron fragmentos de muros, herramientas y huesos de animales. Se cree que, en su última etapa, el espacio se utilizó como vertedero o basurero, lo que conservó gran parte de los restos. Este hallazgo arqueológico demuestra que el Castillo de Argüeso fue construido sobre una zona que ya estaba habitada siglos atrás, lo que le añade aún más valor histórico.

Como ocurre en muchos lugares religiosos, junto a la ermita se descubrió una necrópolis alto-medieval. Se encuentra en el patio de armas del castillo y está compuesta por diez tumbas excavadas en la roca. Una de ellas fue exhumada y analizada: pertenecía a un varón de unos 166 cm de altura, con una edad estimada entre 24 y 27 años, que vivió hacia el año 850.

Estos restos permiten conocer mejor cómo era la vida —y la muerte— en la Cantabria altomedieval. Es increíble pensar que, bajo los mismos muros que hoy recorremos como visitantes, descansaron los primeros pobladores de la zona hace más de mil años.

Visitar el Castillo de Argüeso es muy fácil y, además, ¡económico! El precio de la entrada es simbólico y merece la pena.

💰 Precios de entrada:

• Entrada individual: 2 € (a partir de 3 años).
• Entrada reducida para grupos de más de 15 personas: 1,50 €.

💡 Consejo: aunque es posible comprar las entradas por internet, te saldrá más barato hacerlo directamente en la taquilla del castillo. Las plataformas online suelen aplicar una pequeña comisión (1,21 € aprox.).

 

🕒 Horarios de visita:

🧭 Horario de invierno (del 1 de noviembre al 31 de marzo)

• Lunes a viernes: de 10:00 a 15:00 h.
• Sábados, domingos y festivos: de 10:30 a 14:00 h y de 16:00 a 18:00 h.

🌞 Horario de verano (del 1 de abril al 31 de octubre)

• De 10:30 a 14:00 h y de 16:00 a 18:30 h.
• Del 16 de julio al 31 de agosto, el castillo amplía horario de tarde: de 16:00 a 19:30 h.

🗓️ Días de cierre:

El castillo permanece cerrado los días 24, 25 y 31 de diciembre, 1 y 6 de enero, y el último domingo de septiembre por la tarde (festividad local).

El Castillo de Argüeso se encuentra en la localidad de Argüeso, un pequeño pueblo en la comarca de Campoo-Los Valles, Cantabria.

La carretera recomendada es desde la A-67 acceder es la CA-183, carretera de Paracuelles, dónde nos desviaremos a la carretera CA-823 dirección Argüeso.

Después de la visita al castillo, necesitamos reponer fuerzas. El lugar que escogimos fue el restaurante Las Cigüeñas de Ormas, en la localidad del mismo nombre, Ormas (ubicación en el mapa interactivo). Optamos por su menú de 12€. De primero probamos por primera vez el cocido montañés, los segundos platos fueron cachopo, guiso de cabrito y una sartén de casquería. De postre yogur casero, cuajada con miel y tarta de moras. Todo exquisito y buenas cantidades. Recomendamos reservar, el local no es muy grande.

Si estás pensando en dónde dormir en Argüeso, te recomendamos quedarte a dormir en la Casona del Marquesado. Es una casa rural de piedra chulísima, muy cerquita del castillo para descansar después de tu visita al castillo y al poblado cántabro. Además, si quieres hacer base en la zona, es una opción perfecta para no tener que seguir carretera arriba y abajo: desde aquí puedes recorrer los pueblos del Valle de Campoo, hacer rutas de senderismo o simplemente descansar frente a la chimenea con vistas a la montaña. Un lugar con mucha calma, ideal para disfrutar de la Cantabria más auténtica.

Con el Castillo de Argüeso comenzamos nuestra ruta de 4 días por Cantabria, visitando castillos, paisajes y lugares con historia. Si quieres seguir viajando con nosotros, te recomendamos leer nuestros artículos sobre El Capricho de Gaudí, El Palacio de la Magdalena o Qué ver en Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos de España. Y ya sabes, si estás buscando inspiración para tu próxima escapada… ¡Haz tu próximo PlanD con nosotros!