Recorrer Vietnam en 15 días fue nuestro primer gran viaje por Asia. Un estreno en este continente por todo lo alto que superó con creces nuestras expectativas. Nadamos entre los peces más coloridos y las playas paradisíacas en Nha Trang, nos mezclamos en la vibrante modernidad de Saigón y aprendimos de la dura historia de Vietnam con sus museos y los túneles de Cu Chi.
Quedamos boquiabiertos con los palacios y las tumbas imperiales de Hué, y disfrutamos del ambiente romántico de Hoi An y sus farolillos. Los verdes arrozales de Sapa, la cima de Fansipan, y la grandeza de Ninh Binh y la Bahía de Halong fueron la guinda de un viaje inolvidable.
Conoce con nosotros un país cuyos recuerdos guardamos con mucho cariño en el corazón. Te traemos este itinerario ajustado lleno de aventuras que nos llevó de sur a norte por este país increíble: Vietnam en 15 días.
✈️ ¿Por qué Vietnam?
El Sudeste asiático llevaba mucho tiempo en nuestro punto de mira, y decidimos que este era el momento ideal para conocer este continente. Tailandia e Indonesia son los destinos más famosos actualmente en esta zona, por lo que queríamos salirnos un poco de ello y descubrir otro país como sus vecinos Camboya, Laos o Vietnam. Vimos que era bastante común ver juntos Camboya y Vietnam, pero finalmente, como nos dimos cuenta que Vietnam tenía muchísimos lugares que ofrecer, optamos por viajar aquí exclusivamente.
Ahora que conocemos prácticamente a fondo Vietnam, te daremos 5 razones por las que debes hacer un viaje como este:
1- Un destino económico: antes de que lleves tus manos a nuestro cuello, déjanos explicarnos. Sí, en sí no es un viaje «barato» porque los vuelos rondan los 900€. Alguno encontramos por 400€ en temporada baja, pero te arriesgas a salir volando por un tifón… Si ahorras un poco, tendrás el dinero suficiente para pagarte el viaje ya que los alojamientos y la comida son muy pero que muy baratos, lo que permite disfrutar de grandes experiencias sin que tu bolsillo sufra. Puedes ver cuánto nos gastamos con nuestro diario de gastos en Vietnam.
2- Paisajes, arquitectura, cultura e historia fascinantes: Desde las playas paradisíacas del Sur hasta los arrozales y montañas del Norte, Vietnam ofrece una variedad de paisajes que te dejarán sin aliento. Cada rincón del país es una postal única que no podemos sacarnos de la mente. Las montañas infinitas de arrozales verdes-dorados en Sapa, el agua cristalina con los arrecifes de coral llenos de peces multicolor en Nha Trang, los miles de cocoteros y espesa jungla del Delta del Mekong, etc.
En cuanto a arquitectura, qué podemos decir. Es un estilo que no conocíamos antes que sabíamos que nos iba a flipar. Templos y pagodas impresionantes, palacios y tumbas monumentales, los rascacielos más altos y mucha luz de neón. Además de una pizca de caos. En cuanto a historia y cultura, volvimos con algo en claro: los vietnamitas son duros de pelar ya que ganaron todas las guerras, y son un país resiliente. Digno de admirar. Sin embargo, dejando la positividad de lado, notarás un pasado triste y doloroso del que deberás aprender si viajas aquí.
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- Visita las Montañas de Mármol y la Pagoda Linh Ung en Da Nang, una espinita que tenemos clavada y que esperamos tener la oportunidad de ver pronto.
- Inmersión total en la cultura de Hoi An con una clase de cocina vietnamita o con un taller de farolillos artesanos.
- Internet a donde vayas con Airalo y un 10% de descuento con nuestro código PVIAJERO10
3- Comida que te hará salivar: buffff… Estamos sin palabras. Aún no asimilamos lo rica que estaba la comida. Phở, Bún chả, Bánh mi, rollitos de primavera… Todos platos con un sabor que conquistaron nuestro paladar. La gastronomía de Vietnam es una verdadera delicia. Y para aquellos que piensan en el picante, aquí tienen el nivel de picante justo. Si estás pensando en la calidad de los alimentos, es verdad que no tendrás la misma seguridad aquí que en España, pero nosotros no tuvimos ningún problema durante el viaje. Es más, la mayoría de los locales son bastante higiénicos.
4- Gente súper acogedora: los vietnamitas son hospitalarios. En cada parada, nos recibían con una sonrisa y entablaban conversación con nosotros, intercambiando todas nuestras diferencias culturales y explorándolas con curiosidad y admiración. Esto hizo que nuestra experiencia fuera aún más especial.
5- Un país muy seguro para explorar: a pesar de su reciente apertura al turismo tras una dura historia marcada por las guerras, Vietnam es un destino muy seguro. Todo al que le decíamos que íbamos a viajar a Vietnam, ponía caras entre asombro y preocupación debido a que sigue existiendo ese estigma vinculado a la guerra. Sin embargo, nos sentimos tranquilos en todo momento y más aún sabiendo que íbamos con seguro de viajes.
📅 ¿Cómo organizamos nuestro viaje por Vietnam?
Como cualquier viaje, el primer paso fue encontrar los vuelos. Después de comparar mil vuelos, distintas fechas, horarios, precios, combinaciones de aerolíneas, escalas, y un largo etc., finalmente volamos a Vietnam del 9 al 24 de agosto con la aerolínea Emirates. Todos y cada uno de los vuelos fueron hiper cómodos. Para estar casi 8 horas en un avión, se nos hicieron muy amenos los vuelos.
En estas fechas, que sabemos que no es ni la mejor época por el tiempo y, ni por asomo, los precios más bajos, era más económico volar a Ho Chi Minh. La ida fue Madrid – Ho Chi Minh con escala en Dubái, mientras que la vuelta por precio nos salía más a cuentas volar de Hanói a Ho Chi Minh con VietJet, y de ahí vuelta a Madrid con escala nuevamente en Dubái.
Luego nos pusimos manos a la obra con el itinerario. Como siempre, utilizamos MyMaps para marcar todos los lugares clave que queríamos visitar, desde los mercados flotantes del Mekong hasta la espectacular Bahía de Halong. Teniendo 15 días por delante, trazamos nuestra ruta teniendo en cuenta desplazamientos, actividades, y tours que teníamos planeados hacer.
Todo el transporte lo reservamos a través de la web 12Go, un buscador de medios de transporte bastante útil y seguro en Vietnam. Aunque para trayectos cortos utilizamos Grab (para que nos entendamos en pocas palabras, el Uber de Vietnam), para los trayectos largos y así movernos por el país, elegimos el sleeper bus / autobús cama / autobús cápsula, o como quieras llamarle, por 3 razones:
- Es una opción más económica y menos contaminante que coger 2 aviones (de Ho Chi Minh a Da Nang y de ahí a Hanói). Como cogíamos autobuses nocturnos, nos ahorrábamos el hotel. Es verdad que no es igual de cómodo pero tampoco dormimos mal.
- Indispuestos a perder tiempo en vuelos (estar antes en el aeropuerto, retrasos, tiempo de vuelo, etc), preferimos hacer noche en el autobús. Ideal para itinerarios de viaje tan apretados como el nuestro ya que no podíamos contar con más días.
- Queríamos tener una experiencia única y graciosa, así que nos pareció una oportunidad ideal. Fue súper divertido y, además, nos dejó anécdotas jeje. No has viajado a Vietnam si no has montado en uno de estos. ¡Están por todas partes!
Con la ruta lista, reservamos alojamientos bien ubicados y con buenas reseñas, además de algunas excursiones que no queríamos perdernos. También nos aseguramos de estar al día con las vacunas (hepatitis A y fiebre tifoidea), y no olvidamos llevar repelente para protegernos de los mosquitos y garrapatas. En especial cuando fuimos al Delta del Mekong y a Sapa (ambientes rurales).
En Vietnam la moneda oficial es el dong. La conversión mental rápida que hacíamos en nuestra cabeza era de 1€ = 25.000 dongs aproximadamente. El cambio de dinero fue fácil: cambiamos 50€ en el aeropuerto para lo esencial y, el resto, en joyerías recomendadas por Google Maps, un método bastante común y seguro en Vietnam. No existen casas de cambio como tal, pero confirmamos que cambiar dinero aquí es seguro y, además, es bastante bueno.
Para estar siempre conectados, optamos por una eSIM de Airalo y compramos una SIM local de la compañía Viettel con 4GB diarios por 7,5€ (alrededor de 200.000 VND).
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🇻🇳 Qué ver en Vietnam en 15 días: itinerario
👉 Días 1, 2 y 3: Ho Chi Minh, Delta del Mekong y los Túneles de Cu Chi
¡¡Qué emoción!! ¡Desbloqueamos mapa en Asia! El primer día lo pasamos volando con Emirates destino Ho Chi Minh, la antigua Saigón. La verdad es que estuvimos súper cómodos. Asientos blanditos, reposacabezas ajustable, cojín extra, mantita, pantalla de entretenimiento, y comidas bastante buenas y en cantidad más que suficiente. Además de una atención excelente. Sorprendentemente, los vuelos más baratos que encontramos fueron con esta aerolínea.
Una vez aterrizados, pedimos un Grab para llegar hasta el hotel. Ya te adelantamos que es una forma muy barata de moverse cómodamente y bastante rápida porque hay muchísimos grabs. Es más, un local nos comentó que la grandísima mayoría de coches que se ven por Vietnam son VTCs (matrícula amarilla). El turismo para ellos ha sido una grandísima oportunidad para ganar más dinero y, digamos, menos sufrida que trabajar en el campo. Un coche para ellos es casi un artículo de lujo, pocas veces verás la matrícula blanca.
En Ho Chi Minh estuvimos 2 noches alojados en el Van Anh Luxury Hotel, uno de nuestros favoritos en Vietnam por su increíble terraza para desayunar, la buena atención y el rico desayuno. Además de unas camas ENORMES para dormir en diagonal sin apenas tocarse. Como llegamos de noche, nos fuimos directamente a dormir.
El segundo día fuimos de excursión al Delta del Mekong y a los Túneles de Cu Chi. Empezamos en un taller de artesanía donde nos dejaron boquiabiertos al ver cómo creaban cuadros con cáscaras de huevo y conchas. Luego, visitamos los Túneles de Cu Chi, un lugar lleno de historia donde nos enseñaron trampas utilizadas por el Viet Cong y nos aventuramos a meternos en los túneles, una experiencia emocionante aunque no apta para claustrofóbicos. Le añadimos un poco de intensidad y adrenalina al disparar una AK-47.
Después, disfrutamos de la belleza del Delta del Mekong, navegando primero en un barco de madera y luego en canoas a través de canales rodeados por cocoteros, mientras llevábamos puestos los tradicionales sombreros Non la.
El día no estuvo exento de momentos graciosos. El guía le gastó una «pequeña» broma a Álvaro al ponerle una serpiente en el cuello, aunque pasó rápido del susto a creerse Britney Spears en los VMAs. Tras el momento serpiente, nos invitaron a tomar té y fruta local mientras disfrutábamos de un espectáculo musical típico. Las risas no pararon cuando Aarón, el menos arrítmico de todos, fue sacado a bailar.
Finalizamos el día con un recorrido en tuk-tuk, aprendiendo sobre los usos del coco y probando licor servido desde la boca de una serpiente (sí, nos vinimos un poco arriba). Exhaustos pero fascinados, cenamos en Bep Me In, donde la comida fue excelente pero las cervezas Saigón con hielo no tanto 😂. Sin duda, un arranque perfecto para nuestras aventuras en Vietnam.
Nuestro tercer día en Vietnam lo dedicamos a descubrir la ciudad de Ho Chi Minh, y la verdad es que nos sorprendió su modernidad. Aunque está repleta de rascacielos y tiene un aire mucho más europeo en comparación con otras ciudades vietnamitas, el estilo parisino está adaptado al clima tropical: colores amarillos que reflejan la luz (menos sucio que el blanco) y diseños abiertos que permiten la ventilación, una auténtica “arquitectura francesa tropicalizada” (estilo colonial).
Comenzamos la jornada con un tour guiado por la ciudad, explorando el ayuntamiento de Saigón, los icónicos apartamentos-cafetería prohibidos, la ópera, o la estatua de Ho Chi Minh, que irónicamente se encuentra justo en frente de grandes marcas de lujo como Chanel, Burberry, Bulgari, o Versace. Después de una parada rápida en la Basílica de Notre Dame que estaba en obras, pasamos por el Palacio de Reunificación, el histórico lugar que marcó el fin de la Guerra de Vietnam con Ho Chi Minh entrando por sus puertas.
Luego llegamos a la Saigon Central Post Office, desde donde mandamos postales a nuestras familias. Un bonito y sorpresivo recuerdo que seguro que también le encantará a tu familia. Luego, nos dimos una vuelta entre ropa de imitación y las frutas más exóticas en el Mercado Ben Thanh.
Después de comer un delicioso pho, decidimos sumergirnos en la historia de Vietnam visitando el War Remnants Museum. La visita fue un golpe fuerte a las emociones. Las imágenes de la guerra, el uso del napalm y el Agente Naranja nos dejaron impactados, mostrándonos la brutalidad, la crudeza y las cicatrices que la guerra aún deja en Vietnam. Fue una parada dura pero absolutamente necesaria para entender mejor el país. Un enfoque que es menos conocido en Occidente.
Al final de la tarde, volvimos a los apartamentos-cafetería prohibidos para disfrutar de un bubble milk tea en OOPS Taiwan Dessert. Desde ahí, nos dirigimos a la famosa Bui Vien Walking Street, una locura de calle de fiesta llena de música y energía, donde la vida nocturna cobra vida. Y, para cerrar con broche de oro, cenamos y después subimos al Cocoon Rooftop para unos cócteles mientras disfrutábamos de las vistas nocturnas del skyline iluminado de Ho Chi Minh. Recogimos nuestras maletas y tomamos nuestro primer sleeper bus rumbo a Nha Trang. ¡Una experiencia totalmente diferente, divertida y súper moderna!
👉 Días 4 y 5: Nha Trang, agua cristalina y arena blanca
Uno de nuestros must en este viaje era agregar unos días de playa para relajarnos y desconectar del trabajo. Así que decidimos ir a Nha Trang. Aunque nuestro sleeper bus debía llegar a las 6 de la mañana, pusimos pie en la ciudad a las 4 de la madrugada. Menos mal que el Prime New Hotel tenía recepción 24 horas. Eso sí… ¡Pobre recepcionista! Tuvimos que despertarle porque estaba planchado en la entrada 😂. ¡¡Lo sentimos!! En fin, dejamos las maletas y nos fuimos directos a la playa a ver el amanecer.
Cuando llegamos, flipamos con la cantidad de gente activa a las 5 de la mañana. Entre clases de yoga, gente dándose un chapuzón y paseando por la orilla, parecía que todo el mundo ya estaba en marcha. Luego estábamos nosotros, que necesitábamos café en vena para sobrevivir. ¡Uy, qué coincidencia! Pero si hay por aquí un La Muse Coffee and Cocktail. Qué mejor oportunidad que esta para probar el famoso (y controversial) café con huevo. Aunque allí tienen otros también muy locos como café con coco, mango y hasta aguacate. ¡De-li-cio-sos!
Un rato después, nos recogieron para una excursión en barco por la Bahía de Nha Trang. La vista era brutal. Aguas cristalinas, resorts enormes, una isla conectada por telesilla y una noria gigante. ¡En Asia todo es a lo bestia! La primera parada fue la Isla Mun, donde hicimos snorkel y nadamos entre corales y peces de colores. Después, visitamos un pueblito flotante y nos zampamos una de mariscos a la barbacoa con frutas tropicales. La excursión también incluía las entradas al resort Hon Tam con un baño de barro súper chill, sus piscinas y circuitos de hidromasaje. Perfecto para lo que buscábamos: relajarnos.
El día siguiente lo empezamos en la playa, y luego fuimos a explorar un poco de la historia y cultura local. Visitamos el Templo Po Nagar y después la Pagoda Long Son, donde el Buda blanco gigante nos dejó sin palabras. ¿Y las vistas? Una pasada. Terminamos nuestra aventura en Nha Trang cenando street food. Nuestros dieces al bocadillo vietnamita, el Banh Mi. Después, tomamos otro sleeper bus hacia Hoi An. El viaje fue movidito, con baches y paradas raras, pero nos las arreglamos para dormir y llegar listos para la siguiente parada de esta aventura.
👉 Día 6: Hoi An, la ciudad de los farolillos
Llegamos a Hoi An, uno de los lugares imprescindibles que ver en Vietnam . Lo primero que hicimos fue ir a desayunar en Ellie’s Café Hoi An. Pedimos un café con coco que estaba espectacular y dos smoothie bowls brutales. La fruta en los países tropicales siempre es otro nivel, pero ojo con los precios porque casi nos dejamos lo mismo que en una comida entera 💀. Después volvimos a nuestro hotel Khong Kam Garden Villas, nos relajamos en la piscina mientras preparaban la habitación, y al fin nos dimos una buena ducha porque veníamos hechos polvo del sleeper bus.
Ya frescos y con energía, nos lanzamos a hacer un free tour por el casco antiguo de Hoi An. Te adelantamos que la ciudad es una auténtica joya, y cambia del día a la noche. Aunque eso ya te lo contaremos más adelante, que no queremos hacerte spoiler. Con la entrada, que costaba 120.000 dongs (5€ aproximadamente), pudimos acceder a 5 lugares de 22. Pero nosotros tuvimos suerte y pudimos entrar a alguno más. Uno de los primeros puntos que visitamos fue el Puente Japonés, que también es un templo y aparece en el billete de 20.000 dongs. Luego nos acercamos al río, y de ahí nos perdimos por las calles llenas de farolillos de todos los colores y formas.
Dato curioso: los farolillos rojos y redondos son chinos, los de colores y formas variadas son vietnamitas, y los japoneses son alargados, blancos y rojos. ¡Ya lo sabes para cuando los veas!
Por el camino vimos un montón de cafeterías, restaurantes, tiendas de souvenirs y de (como no) farolillos. Pero si en algo destaca Hoi An es por las sastrerías. Nos contaron que la ciudad es famosa por sus tejidos, especialmente la seda, y mucha gente viene aquí sólo para hacerse trajes o vestidos a medida.
Luego visitamos la Asamblea Cantonesa, que estaba llena de dragones y colores vibrantes, y la Asamblea de Fujian, dedicada a la diosa Thien Hau protectora del mar con su icónica puerta rosa de tres arcos. También recorrimos varias casas tradicionales, como la casa japonesa, la del comerciante chino Tan Ky, y la casa Quan Tang, donde descubrimos que fue una familia de esta casa la que trajo la receta de dos platos típicos de Hoi An: el Cao Lau y las White roses. Obviamente, esa noche cenamos ahí y fue un auténtico festín.
Cuando llegó la noche, la magia de Hoi An despegó. La ciudad se transformó en un espectáculo de luces y colores con todos los farolillos encendidos y las barcas por el río. Increíble. Originalmente, esto se hacía durante el Festival de la Luna Llena una vez al mes. Pero fue tal el éxito que ahora lo hacen todas las noches. Es una locura, pero totalmente justificada porque es simplemente mágico. Sólo por esto, Hoi An ya merece una visita. Templos, casas y todo lo que quieras, pero la atmósfera nocturna aquí es otra historia.
👉 Días 7 y 8: Hue, ciudad de emperadores
Ya estamos en el ecuador del viaje en Hue. Llegamos en una «limusina» que, spoiler: era una furgoneta. Nuestro hotel, el Soleil Boutique Homestay, no estaba mal, aunque con más humedades que un día de lluvia. Después de ducharnos y descansar, fuimos a comer al FastFood 22, un lugar triple B: ¡3,5€ por persona! Estaba tan bueno que repetimos los dos días. Nos trataron genial, con toallitas frías para el calor y té y frutas al final de la comida. Luego, paseamos por el mercado Dong Ba, una locura entre motos, gente y frutas (no hablaremos del apestoso olor a durian).
La tarde la pasamos dando un paseo alrededor de la ciudadela imperial, con su río lleno de flores de loto y las preciosas puertas de la ciudadela. Visitamos el Museo de Antigüedades Reales, una joyita con tronos, trajes de emperadores y decoraciones que nos dejaron sin palabras. Para rematar, fuimos a N. Café & Restaurant y probamos ¡café salado! Suena raro, pero estaba buenísimo, dulce y cremoso. Nos hicimos amigos del camarero, que nos explicó la tradición de los altares para honrar a los muertos en el ciclo lunar. Una costumbre súper interesante de la que te hablaremos en otro momento en el artículo específico de Hue.
Al día siguiente, madrugamos para visitar las tumbas imperiales de Tu Duc y Khai Dinh. La tumba de Tu Duc respiraba un ambiente zen y romántico entre naturaleza, mientras que la de Khai Dinh era puro lujo y blin blin con influencias francesas.
Por la tarde hicimos un tour por la ciudad imperial, aunque existen tours por toda la ciudad pero este nos cuadraba mejor. Esta Ciudad Prohibida de Pekín pero en «»pequeñito»», se divide en 3 recintos: la ciudad cívica, la ciudadela, y la ciudad púrpura prohibida. Aunque la guerra dejó su marca, aún puedes ver el Teatro Real y el Templo Hung To Mieu. Terminamos en el Palacio Kien Trung, un Versalles vietnamita que acaba de ser restaurado. También nos encantó el Jardín Real Thieu Phuong, lleno de bonsáis y tranquilidad, muy rollo zen.
👉 Día 9: Hanói, la caótica capital de Vietnam
Tras 13 horas de sleeper bus llegamos a la caótica y auténtica Hanói, donde las motos son las reinas de las aceras. Sí, la vida del peatón aquí es casi misión imposible. Con unos pocos minutos aquí, ya nos dimos cuenta de lo diferente que es Hanói comparada con Ho Chi Minh. Llegamos a nuestro hotel, Hanoi Traveller House, y aunque no pudimos hacer el check-in, nos dejaron usar las duchas comunitarias para asearnos.
Ya más frescos, nuestra primera parada fue la Cárcel de Hoa Lo, una antigua prisión que fue usada tanto por los franceses para encerrar a vietnamitas, como por los vietnamitas para los estadounidenses. Un lugar con una historia oscura que te pone los pelos de punta. Después de esa dosis de historia, paseamos por el centro. Visitamos la Catedral de Hanoi, una joyita colonial, y luego fuimos al Lago Hoan Kiem con su icónico puente rojo que, por cierto, no os podéis perder de noche y que conecta con el Templo Ngoc Son, un lugar con mucha paz en medio del bullicio de la ciudad.
Para seguir explorando, nos unimos a un free tour por Hanói. Aunque en medio del recorrido nos cayó un chaparrón, íbamos preparados con nuestros chubasqueros (para nada se nota que llevamos 9 días en Vietnam). Para comer, descubrimos la «comida del presidente», el Bún chả. ¡Nuestro favorito! Tanto nos gustó que ya estamos planeando prepararlo en casa.
Luego, ya secos y descansados, fuimos a la famosa Calle del Tren (las calles Phung Hung, Dien Bien Phu y Le Duan). Debido a que hace poco, un turista borracho fue arrollado por el tren, extreman la seguridad con guardas que no te permiten entrar a la calle del tren. Sin embargo, hay partes que están menos vigiladas por las que puedes acceder para ir a los bares. Puede parecer una turistada, pero la experiencia fue increíble: tomar una cerveza mientras pasa el tren a centímetros es emocionante, y la calle está decorada con luces y colores que le dan un toque único al anochecer.
Tómate una cerveza Hanoi, pídele al camarero que te deje la chapa y colócala sobre los raíles. Cuando pase el tren, ¡¡¡tendrás un souvenir súper especial!!!
Terminamos el día volviendo al Lago Hoan Kiem, donde nos encontramos con una competencia de bandas de K-pop y varios niños y adolescentes que se acercaron a nosotros para practicar su inglés. Fue muy bonito charlar con una niña de 10 años que nos contó que quería aprender inglés para encontrar un buen trabajo, y ganar mucho dinero para invitar a toda su familia a una cena muy rica en fin de año. Lo bonito y conmovedor se nos esfumó cuando unas calles más allá nos ofrecieron drogas y prostitución, algo bastante desagradable.
Salimos de allí y cenamos en Madam Tran Restaurant con una cena espectacular. Luego fuimos directos al hotel para descansar antes de nuestro próximo destino: las montañas.
👉 Días 10 y 11: Sa Pa y Fansipan, en la cima de Vietnam
Los días 10 y 11 hicimos una excursión a Sapa y Fansipan. Una vez más, un sleeper bus pero esta vez eran 5 horas de viaje, pero este era diferente: 3 filas de camas, cómodas pero no aptas para gente alta 😅. Qué guay fue despertarse y ver por la ventana del autobús todos los valles con arrozales cuando llegamos a Sapa. Primero fuimos a comer, qué mejor bienvenida que un buen plato de comida caliente. Luego, nos subieron a un minibús para llevarnos al corazón de los arrozales y comenzar el trekking por las aldeas.
El paisaje era alucinante. Terrazas de arrozales verdes y dorados, búfalos de agua campando a sus anchas y las locales, con su ropa tradicional, liderando el grupo como si estuviéramos de paseo por su jardín. Eran mujeres indígenas que fueron acompañándonos mientras nos contaban sobre sus costumbres, sus familias, su niñez, etc. Todo iba genial hasta que ¡zas! Nos cayó una tormenta que literalmente NOS CALÓ. El trekking ya no era tan divertido. Imagínate el panorama: nosotros como pingüinos resbalándonos por el barro, mientras las mujeres locales, con sus chanclas, iban tan tranquilas. Fue un trauma pero viéndolo desde lejos, fue muy gracioso.
Cuando la lluvia nos dio tregua, paramos en una aldea para echar un vistazo al mercadillo local. Tenían unas telas y estampados tan chulos que daban ganas de llevarse todo. Después de secarnos (o al menos intentarlo) con un buen café vietnamita en mano, volvimos a Sapa. Una ducha caliente y una cena reconfortante hicieron milagros.
Al día siguiente, la aventura continuó en el teleférico de Fansipan, el techo de Indochina. Las vistas desde el teleférico eran impresionantes, aunque arriba nos recibió una niebla que le daba ese toque de misterio. Escalones por todos lados, budas gigantes que aparecían entre las nubes, y pagodas que parecían sacadas de una peli. Subimos hasta la cima jadeando un poco por la falta de oxígeno, pero la experiencia valió cada escalón. Después de comer en Sapa y un pequeño paseo, volvimos a Hanoi, listos para otra buena comida, esta vez la cena en el MET Vietnamese Restaurant, uno de los mejores lugares en los que hemos comido en Vietnam, aquí también el más caro.
👉 Días 12 y 13: Ninh Binh y Bahía de Ha-Long, las joyas de Vietnam
Para los días 12 y 13 hicimos otra excursión conjunta por Ninh Binh y el crucero por la Bahía de Ha-Long. Primero visitamos la región de Ninh Binh, concretamente la primera capital de Vietnam, Hoa Lu. Un lugar que, aunque hay poco que ver ya que fue devastada durante varias guerras y bombardeos, tiene una gran importancia histórica. Después, nos volvimos a poner el Non la para navegar con un barquita por el río Ngo Dong hasta Tam Coc. ¡Qué pasada! Rodeados de montañas, flores de loto y cuevas, era como estar en otro planeta.
Después, subimos hasta el Templo del Dragón de las Mua Caves. Y ahí vino el verdadero reto: 500 escalones. Más duro que cuando le damos al gym del calor que hacía 🥴. Pero las vistas eran de otro nivel y molaba mucho ver tantas banderitas de Vietnam ondeando.
Las Mua Caves eran el antiguo escenario de danzas de las doncellas de un antiguo rey. Se cree que esta montaña es sagrada y está habitada por un dragón cuyos poderes tienen que ver con el clima y la prosperidad de la tierra para buenas cosechas. Actualmente, las Mua Caves son visitadas más por la cantidad de spots para hacerse fotos para Instagram que por su significado cultural. Pero bueno, no le hacemos ascos a nada. ¡Ambas cosas están guay!
Al día siguiente nos lanzamos a descubrir la famosa Bahía de Ha-Long con un crucero. Y como era de esperar de una de las 7 maravillas naturales del mundo, no decepcionó. Comimos a bordo mientras charlábamos con gente genial, y aprovechábamos a ir a cubierta para sacarnos unas cuantas (muchas) fotos. Hicimos una primera parada en la isla de Ti Top, pero no cabía ni un alma. Subimos a la cima para disfrutar de las vistas y nos dimos un baño exprés, aunque el agua no era precisamente cristalina. Luego, nos montamos en kayaks (o intentamos porque había demasiada gente) y vimos algunos monos.
Por último, visitamos la cueva Hang Sung Sot, que es ENORME. Nos sentimos como si estuviéramos en la película de Viaje al centro de la Tierra. Al final del día, volvimos a Hanói y decidimos cerrar la última noche en Vietnam en el mismo lugar donde nos habíamos enamorado del bun cha. ¡Final perfecto con nuestra comida vietnamita favorita!
👉 Días 14 y 15: Hanói y vuelta
Último día de este pedazo de viaje por Vietnam en 15 días 😭. Dedicamos la mañana a conocer algunos lugares que teníamos pendientes de Hanoi. Primero, fuimos al Templo de la Literatura, que fue la primera universidad de Vietnam y está dedicado a Confucio, el reconocido filósofo chino cuya doctrina buscaba la armonía social y el orden de las cosas.
Después, fuimos al Mausoleo de Ho Chi Minh, un lugar súper estricto lleno de militares donde está embalsamado el cuerpo del líder comunista. Hay zonas como frente al Palacio Presidencial que no te dejan hacer fotos libremente, pero el lugar es impresionante. Seguimos con la famosa Pagoda del Pilar Único, que como su nombre dice, está construida sobre un solo pilar y representa una flor de loto. Dedicada a Buda, es uno de los templos más icónicos del país y todo un símbolo para la ciudad de Hanói.
Para cerrar el tour de templos y pagodas, nos fuimos a la Pagoda de Tran Quoc, que está en una isla en el enorme Lago Tay. Esta pagoda tiene más de 1.500 años, y su torre de 11 pisos es todo un espectáculo, además de ser un sitio súper zen.
Ya cansados, hicimos una parada en la cafetería súper viral de TikTok: Note Café. Un lugar súper guay lleno de notitas por todos lados (paredes, techo, ventiladores, lámparas… por TODOS lados). Es literalmente imposible no dejar tu huella ahí, así que ahí dejamos nosotros las notitas (esperemos que encuentras las nuestras por ahí en el último piso). Y para cerrar con broche de oro, comimos el mejor pho de Hanói, la comida perfecta para despedirnos de Vietnam.
El viaje de vuelta fue una odisea. Como te hemos comentado, cogíamos un vuelo de Hanói a Ho Chi Minh con la compañía VietJet. ¡Casi perdemos el vuelo internacional por culpa de un retraso! Pero al final todo salió bien (llegamos justo cuando abría la puerta de embarque). Aarón estaba al borde del colapso 😂. Después de casi 24 horas entre aviones y escalas, volvimos a Madrid con la maleta llena de recuerdos y fotos increíbles. Gracias por tanto Vietnam ❤️.
⭐ Recomendaciones
Por aquí te daremos las 6 principales recomendaciones para visitar Vietnam, aunque podrás ver el listado completo de recomendaciones con nuestro post de Todo lo que debes saber antes de viajar a Vietnam.
- Dedica mínimo 15 días para ver gran parte del país. Puedes centrarte en la parte norte del país y dejar el sur para combinarlo con otro viaje como Camboya.
- Haz la ruta de sur a norte, así dejarás lo más impresionante para el final y, además, introducirte a Vietnam por el sur hará que el choque cultural no sea tan brusco. Aprenderás a cruzar calles sin morir en el intento jajaja.
- Si puedes, evita época de tifones (septiembre) o de lluvias. Nosotros fuimos en agosto y no tuvimos demasiada lluvia (salvo el trekking de Sapa que fue un verdadero reto). Pero sí que es verdad que pasamos mucho calor y casi era irremediable de la humedad que hacía.
- Cuídate. Vietnam no tiene unas condiciones higiénico-sanitarias como en España, por lo que deberás tener cuidado con donde comes, además de que beber agua de grifo es impensable. Aunque no sea obligatorio, vacúnate, y cómprate un buen repelente sobre todo si vas a zonas rurales. Ante todo, y en cualquier viaje grande que hagas, siempre contrata un seguro de viajes. Ahórrale el susto a tu cartera si es que tiene algún accidente.
- Trae una cantidad estimada en euros de lo que creas que vayas a gastar para ahorrarte comisiones por sacar dinero de los cajeros. Cambia esos euros a dongs en casas de cambio o joyerías cuya tasa de cambio sea similar al valor de la moneda en el mercado. En casi todos lados aceptan tarjeta, así que hacerse con una tarjeta sin comisiones como la N26 será buena idea.
- Compra una tarjeta SIM virtual para tener internet según aterrices en Vietnam, y compra una SIM física Viettel para tu acompañante en la ciudad, que será más barata que comprándola en el aeropuerto.
👍 Lo que más y menos nos ha gustado de Vietnam
Si nos preguntan qué fue lo que más nos gustó de Vietnam y lo que menos, tendríamos una lista mucho más larga de lo que nos gustó que de lo que no. Pero por ser equitativos, te diremos 4 cosas de cada.
👍 Lo que más nos ha gustado:
- La comida: Vietnam es un paraíso gastronómico. Nos ha gustado tanto que queremos recrear algunos platos en casa. Aunque es verdad que puedes cansarte un poco de los fideos y la pasta de arroz, los sabores no dejan de ser únicos, frescos y variados. Si te encanta el sabor agridulce, un picante justo, y la sal en su punto, te encantará la comida vietnamita. Además, hay muchas opciones para vegetarianos y veganos.
- Paisajes de infarto: como has podido ver en nuestras fotos, Vietnam es pura belleza natural. Los arrozales en Sapa, las islas de la Bahía de Ha Long o las montañas de Ninh Binh, las aguas cristalians de Nha Trang, no hay un rincón que no te deje boquiabierto. Cada paisaje parece una postal y nos regaló unos fotones… Y no solo paisajes, también tiene una arquitectura preciosa como la de Hue y sus palacios, o los rascacielos más modernos en Saigón.
- La amabilidad y lo sociables que son: Los vietnamitas son un encanto. Siempre dispuestos a ayudarte o simplemente a charlar, especialmente en el sur. En el norte pueden ser más tercos, pero en general nos sentimos súper bien recibidos en todo momento.
- Barato: Vietnam es un destino ideal si quieres disfrutar sin que la cartera esté pidiendo auxilio. Sí, llegar hasta aquí es caro, pero alojamiento, comida y transporte son bastante económicos, lo que nos permitió alargar el viaje sin preocuparnos tanto por el dinero.
👎 Lo que menos nos ha gustado:
- Tráfico y bocinazos: El tráfico es un caos total. Entre las motos, los coches y las bicis, atravesar una calle es todo un reto. Y los bocinazos constantes pueden ponerte un poco de los nervios, sobre todo si el que pita es el conductor de tu sleeperbus… Para nada hablamos de nuestra propia experiencia, que va…
- Las colas y los turnos son opcionales: Los vietnamitas no son muy fans de esperar su turno. Saltarse la cola o empujar es bastante común, lo que puede ser frustrante. Además, esos ruidos con la boca (como escupir o sorber) pueden ser bastante desagradables si no estás acostumbrado.
- La humedad y el calor extremo en verano: El clima en verano es brutal. Nosotros no tuvimos opción de viajar a Vietnam en otro momento, así que tuvimos que aguantar la humedad y el calor que nos tenían sudando a chorros todo el día. Entrar a locales con aire acondicionado o poner delante de un ventilador se sentía como estar en un oasis.
- La contaminación: En las grandes ciudades, como Hanoi y Ho Chi Minh, el aire puede ser bastante denso. Entre el humo de las motos y la polución, no siempre es cómodo pasear por ciertas zonas. También, da un poco de pena que un lugar catalogado como maravilla natural del mundo como Halong Bay esté tan contaminado por sus barcos y la basura.
Este ha sido el itinerario de nuestro increíble viaje de 15 días por Vietnam, sólo podemos decir que fue una auténtica montaña rusa de paisajes alucinantes, recuerdos y momentos que nos dejaron sin aliento. Vietnam nos robó el corazón con todos y cada uno de sus rincones. Este país lo tiene todo, así que recomendamos que le eches un vistazo al resto de nuestros artículos para que hagas tu plan D viaje. Esperamos que te haya servido de inspiración y te animes a vivir tu propia aventura en este tesoro del Sudeste Asiático.
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