Irlanda es un país que enamora a primera vista. Tierra de leyendas, paisajes con unas tonalidades de verde sin igual, pueblos encantadores y una cultura celta muy marcada. Su mezcla de naturaleza, historia antigua y reciente, y hospitalidad inigualable la convierten en un destino que no querrás perderte. Basándonos en nuestra experiencia personal recorriendo Irlanda durante 8 días, te traemos una guía completa con los 10 mejores lugares que ver en Irlanda, para que aproveches al máximo tu visita. ¿Estás listo para descubrir tu viaje soñado a Irlanda?

Abadía de Kylemore, Parque Nacional de Connemara.
- 1. ⭐ Top 10 Lugares que ver en Irlanda
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- 1.1. 10. Sligo
- 1.2. 9. Cobh y Cork
- 1.3. 8. Península de Dingle
- 1.4. 7. Derry - Londonderry
- 1.5. 6. Parque Nacional de Connemara
- 1.6. 5. Anillo de Kerry
- 1.7. 4. Acantilados de Moher y Galway
- 1.8. 3. Belfast
- 1.9. 2. La Calzada del Gigante
- 1.10. 1. Dublín
- 1.11. Organiza tu viaje a Irlanda
⭐ Top 10 Lugares que ver en Irlanda
10. Sligo
Si te preguntas qué ver en Irlanda más allá de los destinos típicos, Sligo es un lugar menos conocido, pero que no deberías pasar por alto. Esta pequeña ciudad del noroeste sorprende con sus paisajes y un ambiente súper tranquilo. En definitiva la Irlanda más auténtica. Empieza tu visita en la Abadía de Sligo, un monasterio dominico del siglo XIII que conserva impresionantes detalles góticos. Entre sus ruinas podrás encontrar esculturas medievales y antiguas tumbas, todo en un entorno que respira historia.

Si te gusta la naturaleza, no te pierdas la caminata hasta Knocknarea, donde, según la leyenda, descansan los restos de la reina Maeve. Desde la cima, las vistas al océano Atlántico y la bahía son espectaculares. Para un reto mayor, explora Benbulben, una montaña de forma única con varias rutas de senderismo que te ofrecen diferentes niveles de dificultad, y vistas sin igual.

¿Prefieres el mar? La Playa de Strandhill es ideal para surfear o simplemente pasear junto al Atlántico. Y si te interesa la historia antigua, las Tumbas megalíticas de Carrowmore, con más de 5.000 años de antigüedad, te conectarán con el pasado prehistórico de Irlanda. Termina el día en un pub local con música celta en vivo y platos típicos como el estofado irlandés. En definitiva, Sligo es un destino que debes tener en tu lista sobre qué ver en Irlanda.
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9. Cobh y Cork
En el sur de Irlanda, Cobh y Cork son dos ciudades que dejaron huella en nuestro viaje. No sólo por lo mucho que nos mojamos, que también, sino por la estampa de sus casitas de colores y edificios centenarios. Mientras que Cobh seduce con su encanto marinero y vistas al Atlántico, Cork sorprende con su ambiente animado, monumentos históricos y una ajetreada vida cultural. Juntos, forman una parada imprescindible para quienes buscan descubrir qué ver en Irlanda.

Empezamos en Cobh, y lo primero que llama la atención son las casas de colores alineadas en la ladera, creando una imagen perfecta frente al mar. Subir al mirador te llevará a una de las mejores vistas del pueblo, donde las fachadas coloridas se funden con el azul del océano. Dominando el horizonte, la Catedral de San Colman que se eleva majestuosa, con su arquitectura neogótica y su torre que se convierte en un punto de referencia visible desde cualquier parte del puerto. Además, Cobh es conocido por ser el último puerto de escala del Titanic. El Titanic Experience, un pequeño museo interactivo ubicado en la antigua terminal de pasajeros, narra las historias de quienes abordaron el transatlántico aquí, en lo que sería su último adiós a Irlanda.

A poca distancia, Cork ofrece un ambiente completamente diferente. Conocida por su energía y su mezcla de tradición y modernidad, la ciudad cuenta con varios puntos imprescindibles. El Mercado Inglés es el corazón gastronómico de Cork, donde podrás probar productos locales y platos típicos. La visita a la Cork City Gaol, la antigua prisión de la ciudad, ofrece una experiencia fascinante. A nosotros nos marcó mucho y nos dió una visión sobre personajes ilustres que participaron en la independencia de Irlanda. Recorrer sus celdas y pasillos permite conocer la vida de los prisioneros del siglo XIX. Otro lugar que no puedes perderte son los Shandon Bells, donde puedes subir a la torre, tocar las campanas y disfrutar de unas vistas de la ciudad.

Antes de dejar la zona, no hay mejor plan que una comida frente al mar en el puerto de Cobh. Los mejillones frescos y otros mariscos locales son una delicia que complementa la visita de estos dos lugares que no podíamos dejar fuera de nuestro Top.
8. Península de Dingle
En nuestro octavo puesto, la Península de Dingle, una opción que no defrauda. Situada en el oeste del país, esta península ofrece algunos de los paisajes más espectaculares de Irlanda, con carreteras escénicas que serpentean entre acantilados, playas salvajes y montañas cubiertas de verde intenso. La Slea Head Drive es la ruta más famosa de la zona, considerada una de las carreteras costeras más bonitas del mundo. PlanDviajero lo aprueba. Conducir por esta carretera circular fue una experiencia inolvidable: cada curva te muestra nuevas vistas al Atlántico, formaciones rocosas inexplicables y pequeñas playas solitarias. La sensación de aislamiento, con el mar a un lado y las montañas al otro, ofrece una imagen salvaje de Irlanda que difícilmente encontrarás en otros lugares.

En el trayecto, una parada en la Playa de Inch es imprescindible. Esta extensa playa de arena dorada es perfecta para dar un paseo tranquilo mientras se disfruta del sonido del océano. Las vistas son especialmente hermosas al atardecer, cuando el cielo se tiñe de tonos cálidos sobre el mar.

Al llegar al pueblo de Dingle, el ambiente cambia por completo. Conocido por su carácter acogedor y sus casitas de colores, Dingle es el lugar ideal para detenerte a comer y seguir tu ruta. Encontrarás música tradicional en los pubs, mientras se sirven platos de pescado fresco, capturado el mismo día. Dingle también es famoso por la historia de Fungi, un delfín que durante décadas fue el símbolo de la ciudad. Aunque no tuvimos la suerte de verlo, su leyenda sigue muy viva entre los locales. Desde su puerto parten muchas de las actividades de avistamiento de delfines, ¿quién sabe si tú serás capaz de ver a Fungi?

Otro punto que merece una visita es la Dingle Distillery, donde se producen algunos de los whiskeys, vodkas y ginebras artesanales más reconocidos de Irlanda. Los tours guiados te invitan a conocer el proceso de destilación, con la posibilidad de degustar algunos de sus productos. ALGUNOS, que tienes que seguir recorriendo Irlanda. Una de las paradas más memorables fue en el Bunkers Bar, un acogedor pub donde disfrutamos de un delicioso fish and chips acompañado de una buena sidra irlandesa. Durante el recorrido por la Slea Head Drive, nos sorprendieron las Beehive Huts, antiguas construcciones de piedra en forma de colmena que datan de la época celta y el Gallarus Oratory, cuya arquitectura en forma de barco simboliza el viaje espiritual.
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Playas salvajes, carreteras panorámicas y uno de los paisajes más impresionantes de Irlanda te esperan en la península de Dingle. 🌿 Recorre esta joya natural, visita sus pintorescos pueblos y enamórate de sus acantilados frente al Atlántico. No te lo pierdas y reserva tu Excursión a la península de Dingle. ¡Te sorprenderá!
7. Derry - Londonderry
Siguiendo con nuestra lista sobre qué ver en Irlanda más allá de los paisajes naturales, Derry, también conocida como Londonderry, es una parada obligatoria en Irlanda el Norte. Es un lugar muy importante si quieres entender uno de los acontecimientos históricos más importantes de la isla. Esta ciudad, situada en la frontera con Irlanda, es conocida por su papel en el conflicto norirlandés: «The Troubles»
Las Murallas de Derry, construidas en el siglo XVII, son uno de los grandes atractivos de esta ciudad. Estas murallas, perfectamente conservadas y nunca conquistadas, rodean el casco antiguo y te ofrecen vistas espectaculares sobre el resto de la ciudad. En cada tramo se encuentran paneles informativos que cuentan sobre la historia de Derry, desde el Asedio de 1689 hasta los eventos más recientes relacionados con el conflicto civil.

El Puente de la Paz es otro de los símbolos clave de la ciudad. Inaugurado en 2011, este puente peatonal conecta las comunidades católica y protestante a ambos lados del río Foyle, simbolizando la reconciliación y el camino hacia la paz tras años de conflicto. Es especialmente recomendable que lo visites al atardecer, cuando la luz dorada crea un ambiente muy especial. Te compartimos nuestra foto, aunque siempre es mejor que vayas tú a vivirlo.

Si quieres conocer aún más sobre la historia de Derry, el Museo Free Derry es una parada muy recomendable. Este museo ofrece una visión educativa del conflicto civil en Irlanda del Norte, centrándose especialmente en el Bloody Sunday de 1972, cuando se produjo una gran matanza por motivos políticos en la ciudad. En Irlanda a estos conflictos se les conoce como «The Troubles» y es muy común verlo reflejado en el arte urbano en las principales ciudades.

La historia de Derry también se cuenta a través del arte urbano. En el barrio de Bogside, los murales políticos creados por los Bogside Artists narran visualmente los episodios clave del conflicto. Si te interesa seguir conociendo Derry y los lugares más emblemáticos del país, te recomendamos echar un vistazo a nuestros artículos sobre qué ver en Derry e Irlanda en 8 días, donde encontrarás una guía sobre nuestro viaje por la isla.
6. Parque Nacional de Connemara
Si buscas un lugar clave de la Irlanda más salvaje, el Parque Nacional de Connemara es, sin duda, una parada imprescindible al planear qué ver en Irlanda. Este parque te ofrece paisajes espectaculares donde montañas, turberas, lagos y la costa atlántica se combinan para crear un lugar único.

Una de las experiencias para los más fit es la subida al Diamond Hill. Esta caminata, aunque exigente, ofrece una recompensa inigualable: vistas panorámicas de Connemara, el Atlántico y el paisaje montañoso. Comenzar temprano la ruta es la mejor opción para evitar multitudes y disfrutar de la tranquilidad del entorno. La cima de Diamond Hill ofrece un momento chill, de conexión total con la naturaleza, y con un horizonte donde destaca el mar.
Otro lugar imprescindible es la Abadía de Kylemore, uno de los edificios más fotogénicos de Irlanda. A orillas de un lago y rodeada de montañas, ésta abadía neogótica parece sacada de un cuento de hadas. Sus jardines victorianos y la pequeña iglesia gótica forman un conjunto arquitectónico difícil de superar. La historia de la abadía, construida como muestra de amor y más tarde convertida en monasterio benedictino, añade un toque romántico y misterioso a la visita.

Si buscas un lugar más tranquilo, Lough Inagh es perfecto para hacer una pausa. Las rutas de senderismo del parque ofrecen opciones para todos los niveles, paseos suaves, rutas más técnicas o simplemente carreteras escénicas muy chulas para los más vaguetes. Un consejo para visitar Connemara es llevar buen calzado y ropa impermeable. El clima en esta región es impredecible y puede cambiar en cuestión de minutos, pasando del sol a la lluvia más intensa. Pero bueno es Irlanda, en casi todo el país es igual.
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5. Anillo de Kerry
Si estás buscando qué ver en Irlanda y sueñas con recorrer carreteras rodeadas de paisajes verdes impresionantes, el Anillo de Kerry es un road trip que no te puedes perder. Esta ruta circular de aproximadamente 179 kilómetros recorre algunos de los lugares más impresionantes del suroeste irlandés, con vistas al océano Atlántico, montañas, lagos, castillos y pueblos donde perderse a conocer la cultura irlandesa.

La mejor forma de disfrutar del Anillo de Kerry es alquilando un coche para visitarlo a tu propio ritmo. Nosotros optamos por hacerlo en sentido horario, lo que nos permitió evitar la mayoría de las concentraciones turísticas y disfrutar de un trayecto mucho más tranquilo. Una de las paradas más impactantes es Ladies View, un mirador con vistas panorámicas del Parque Nacional de Killarney. El nombre proviene de una visita de la reina Victoria en el siglo XIX, cuyos damas de compañía quedaron fascinadas con el paisaje.
Otra parada imprescindible es Muckross House, una elegante mansión del siglo XIX rodeada de jardines y bosques. La visita permite conocer la historia de las familias que vivieron aquí y conocer los alrededores, donde se encuentran cascadas (como la cascada de Torc), lagos y senderos. Si buscas alejarte de las rutas más transitadas, la Península de Iveragh es una opción perfecta. Esta ruta secundaria ofrece paisajes igual de impresionantes, pero con menos turistas.

A lo largo del camino, paramos en pueblos como Sneem y Waterville. En Sneem, las casas de colores y su ambiente relajado, y Waterville, por su parte, ofrece una gran playa y fue uno de los lugares favoritos de Charlie Chaplin, quien visitaba el pueblo con frecuencia. Nuestro consejo para el Anillo de Kerry, es tomarse el tiempo necesario. Esta no es una ruta para recorrer con prisas; cada tramo es único y sus paisajes te invitan a detenerte.

4. Acantilados de Moher y Galway
Si te preguntas qué ver en Irlanda, Galway y los Acantilados de Moher son una combinación top. Aunque Galway nos defraudó un poco, quizás porque nos esperábamos mucho, al final nos terminó gustando. Es conocida por su ambiente bohemio y su vida cultural, se encuentra a tan solo una hora de uno de los paisajes más icónicos del país: los acantilados de Moher.

Galway es una pequeña ciudad, nada que ver con las otras. Quay Street, el corazón del casco antiguo, está llena de pubs tradicionales, cafeterías y músicos callejeros que aportan una banda sonora a la visita. Pero Galway no solo es conocida por su gastronomía o su ambiente animado; es también la capital cultural de Irlanda, con muchos de los festivales de arte, literatura y música que se celebran durante todo el año. Una de las mejores formas de encontrarse con su esencia es realizar un pub crawl, recorriendo los bares tradicionales donde la música irlandesa en vivo es junto con la Guinness, la gran protagonista.

A poca distancia de la ciudad encontramos los Acantilados de Moher, un espectáculo natural incomparable. Con alturas que alcanzan los 214 metros y extendiéndose a lo largo de ocho kilómetros, estas paredes de roca que se precipitan hacia el océano Atlántico, es una de las imágenes que querrás tener en tu galería. Para evitar las zonas más concurridas, optamos por el sendero alternativo desde Doolin, una ruta menos transitada que ofrece vistas panorámicas espectaculares y permite apreciar los acantilados en todo su esplendor, lejos de las multitudes.
La caminata hasta la Torre de O’Brien es imprescindible para obtener las mejores vistas. Esta torre de piedra del siglo XIX, construida como mirador, ofrece una panorámica impresionante que abarca toda la costa y, en días despejados, incluso se pueden ver las Islas Aran y la bahía de Galway. Para disfrutar plenamente de los Acantilados de Moher, lo mejor es visitarlos temprano en la mañana o al atardecer, cuando las multitudes son menores y la luz del sol crea un juego de sombras y colores sobre la roca y el mar.

Galway y los Acantilados de Moher representan dos caras complementarias de Irlanda, sin duda, merece un lugar destacado en cualquier itinerario sobre qué ver en Irlanda.
3. Belfast
Visitar Belfast es descubrir una ciudad que ha sabido reinventarse sin perder su esencia. Con un pasado marcado claramente industrial y su historia política, hoy nos muestra un ambiente relajado y moderno con lugares de gran importancia en la historia de Irlanda. Si estás planeando un viaje por Irlanda del Norte, Belfast tiene que estar en tu lista.

Una de las experiencias más habituales es la visita a Titanic Belfast, un museo que te sumerge en la triste historia del transatlántico más famoso del mundo. No es solo un museo sobre el Titanic, sino un recorrido por el pasado de la ciudad, su industria naval y la importancia de los astilleros Harland & Wolff. Su edificio llama la atención por su forma de casco de barco. En su interior encontrarás exposiciones interactivas haciéndote sentir parte de aquella época. Sin duda, una visita inolvidable.
Pero Belfast es mucho más que el sólo Titanic. Destacan también los murales de Shankill y Falls Road, donde las paredes hablan del pasado, del conflicto y de la reconciliación. Son un reflejo del período de los Troubles, que marcó a Irlanda del Norte en el siglo XX. Para entender realmente lo que representan, nada mejor que hacer un tour político guiado por un guía local.

En el centro de la ciudad, la Catedral de Santa Ana es otro punto clave, no sólo por su arquitectura románica, sino también porque su entorno se ha convertido en un distrito lleno de vida. Y claro, no puedes irte de Belfast sin tomarte una pinta en el mítico Crown Liquor Saloon. Este pub histórico es una joya en sí mismo, con su decoración victoriana, cabinas privadas y vidrieras de colores que te transportan al siglo XIX.
Más allá de sus museos, su arte urbano y sus pubs con historia, Belfast es una ciudad que se disfruta caminando, dejándote llevar y si es con un tour guiado que te explique los pequeños detalles que todos pasaríamos por alto, mucho mejor.
2. La Calzada del Gigante
Declarada Patrimonio de la Humanidad, la Calzada del Gigante está formada por más de 40.000 columnas de basalto, que parecen colocadas totalmente aposta. Ubicada en la costa de Irlanda del Norte, su belleza visual se complementa con las leyendas de gigantes y las rutas que rodean esta maravilla.

Según cuenta la leyenda, el gigante Finn McCool construyó esta calzada para enfrentarse a su rival escocés, aunque al darse cuenta de que su rival era mucho más grande y fuerte que él salió huyendo a casa de sus padres para esconderse. En la ruta recomendada podrás ver alguno de los objetos que dejó, como su gran bota o el órgano.
Para complementar la visita, el Centro de Visitantes ofrece información sobre la geología y las leyendas de la Calzada del Gigante. Las exhibiciones interactivas explican cómo la actividad volcánica moldeó este paisaje hace más de 60 millones de años, añadiendo más información. La audio guía, es imprescindible, ya que narra las historias del gigante junto con los datos geológicos y volcánicos de la zona.

A pocos kilómetros, otro destino imprescindible te espera: el Puente Colgante de Carrick-a-Rede. Suspendido a casi 30 metros sobre el mar, este puente conecta la costa con una pequeña isla que en su día fue utilizada por pescadores de salmón. Aunque nosotros pensamos que sería más grande o largo, mereció la pena. En los días despejados, incluso puedes ver la costa de Escocia.
Lleva calzado antideslizante si no quieres acabar dándote un baño, ya que las piedras son muy resbaladizas, sobre todo con la humedad. También es recomendable llevar un abrigo impermeable, porque el clima en esta parte de Irlanda cambia en cuestión de segundos. Si tienes la suerte de visitarlo en un día soleado, o despejado, es una visita muy muy muy impresionante.
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Uno de los paisajes más impresionantes de Irlanda del Norte te espera. 🌿 Rocas hexagonales, acantilados de vértigo y leyendas celtas hacen de la Calzada del Gigante un lugar único en el mundo. Aprovecha esta excursión desde Belfast y descubre también otros rincones increíbles de la costa. Reserva tu plaza en la Excursión a la Calzada del Gigante y vive una experiencia inolvidable.
1. Dublín
Dublín es el punto de partida perfecto, aunque si eres igual de retorcido que nosotros, lo puedes dejar para el final. La capital irlandesa es una ciudad donde se respira modernidad. Comenzamos nuestro recorrido en el Trinity College, una de las instituciones educativas más antiguas del país. Su biblioteca, considerada una de las más increíbles del mundo, alberga el Libro de Kells, un manuscrito ilustrado del siglo IX que representa uno de los tesoros culturales más importantes de Irlanda. Puedes caminar entre sus estanterías repletas de libros antiguos, eso sí con una entrada no muy barata…

Después, nos dejamos llevar por el bullicio de Grafton Street, el corazón comercial y cultural de Dublín. Aquí, músicos callejeros, conocidos localmente como «buskers«, ambientan las calles con melodías de la música tradicional irlandesa o incluso el pop contemporáneo. El barrio de Temple Bar, es famoso por sus calles adoquinadas, bares con música en vivo y galerías de arte. Terminar el día con una pinta en uno de sus pubs, escuchando música tradicional irlandesa, es una experiencia que pocos turistas se pierden en Dublín.

Sin embargo, la ciudad ofrece mucho más que pubs y música. Una visita al Guinness Storehouse es imprescindible para quienes quieran conocer la historia de la cerveza más famosa de Irlanda. La experiencia culmina en el Gravity Bar, donde podrás disfrutar de una pinta con una vista panorámica de Dublín. Otra parada esencial es Kilmainham Gaol, una antigua prisión que desempeñó un papel crucial en la historia de Irlanda. Otra visita muy relacionada con la lucha por la independencia del país, recorriendo las celdas y patios donde fueron encarceladas figuras clave del movimiento independentista.

Por último, no se puede dejar de visitar la Catedral de San Patricio, la más grande de Irlanda. Este impresionante edificio gótico, que data del siglo XII, es un símbolo del patrimonio religioso e histórico del país. Sus jardines ofrecen un espacio tranquilo en el centro de la ciudad, ideal para una pausa antes de seguir visitando Dublín. Aunque te hemos mencionado algunos de sus grandes atractivos, te recomendamos leer nuestro post exclusivo de Dublín, para ampliar la información.
Irlanda es un destino que lo tiene todo: paisajes de otro mundo, ciudades llenas de historia y una atmósfera única que te atrapa desde el primer momento. Esperamos que esta lista de los 10 lugares imprescindibles que ver en Irlanda te ayude a planear tu viaje inolvidable. Y si quieres seguir descubriendo la isla esmeralda, no te pierdas nuestros otros artículos: Irlanda en 8 días, qué ver en Dublín, qué ver en Galway y nuestra guía de Derry, una de las grandes sorpresas del viaje. Porque cada gran aventura comienza con un buen plan… ¡y aquí estamos para ayudarte con nuestro Plan D!