Los 10 pueblos más bonitos de Cantabria

Recorre los pueblos más bonitos de Cantabria y descubre su esencia única. Calles empedradas, casas de piedra con balcones llenos de flores, miradores con sus vistas espectaculares y una gastronomía que conquista a cualquiera. En este nuevo Plan D, te invitamos a conocer los 10 pueblos más bonitos de Cantabria, lugares con historia, paisajes y un encanto que hará que quieras perderte en ellos. Si buscas rincones con carácter, tranquilidad y belleza en cada esquina, sigue leyendo y enamórate de Cantabria tanto como nosotros.

Si hay un lugar en Cantabria al que volveríamos una y otra vez, ese es Santillana del Mar. Se le conoce como la «villa de las tres mentiras» porque ni es santa, ni llana, ni tiene mar, te miente hasta antes de llegar jajajaja. Éste es uno de los pueblos medievales mejor conservados de España, y destaca de otros por sus casonas señoriales, balcones de madera y fachadas de piedra.

El mayor símbolo de la villa es la Colegiata de Santa Juliana, una joya del románico cántabro cuya imponente fachada y claustro con capiteles esculpidos en piedra son todo una maravilla. Además, Santillana del Mar es mundialmente conocida por estar muy cerca de las Cuevas de Altamira que guardan algunas de las pinturas prehistóricas más impresionantes jamás descubiertas. Aunque la cueva original está cerrada para su conservación, la Neocueva del Museo de Altamira muestra a los visitantes una recreación fiel de sus pinturas. A pesar de no poder visitar la cueva original, nosotros disfrutamos muchísimo de su museo y la Neocueva.

Otro de los museos más visitados del pueblo es el Museo de la Tortura, una exposición sobre los métodos de castigo utilizados en Europa durante la Edad Media y la Inquisición. Con una colección de instrumentos originales y sus explicaciones correspondientes, el museo te enseña la brutalidad de la justicia medieval. Aunque puede no ser una visita apta para todos los públicos, es una de las más singulares de la villa.

Antes de seguir nuestro viaje, por intuición de Álvaro, aprovechamos la visita para probar los tradicionales sobaos pasiegos y la quesada cántabra, dos especialidades típicas que encontramos en una de las tiendas del centro. La mejor decisión posible, ¡estaban increíbles!

Este pueblo se encuentra en un lugar muy privilegiado entre el mar y la montaña. San Vicente de la Barquera destaca por su mix de playas, un casco histórico precioso y las cumbres de los Picos de Europa como fondo. ¿Playa y montaña en un mismo sitio? Pues sí, este pueblo es todo una sorpresa.

Lo que primero te llama la atención es el gran Puente de la Maza, con su estructura medieval con 28 arcos, construida en el siglo XV para conectar la villa con el resto de la región. Otro de los monumentos más destacados es el Castillo del Rey, una fortaleza del siglo XIII que vigila la localidad desde lo alto. Desde su muralla, podrás tener las mejores vistas de la ría, la costa y las montañas. Ideal para el postureo en Instagram. Junto a él, la Iglesia de Santa María de los Ángeles, de estilo gótico, alberga un impresionante retablo y la tumba del inquisidor Antonio del Corro, un personaje clave en la historia de San Vicente de la Barquera.

Pero si algo hace famoso a San Vicente de la Barquera, son sus playas. La Playa de Oyambre y la Playa de Merón son dos de las más espectaculares de la zona, con un oleaje perfecto para los amantes del surf. Además, el Parque Natural de Oyambre, con sus dunas y marismas, es tu sitio ideal para el senderismo.

Situado en la comarca de Liébana, Potes es el mejor sitio para parar antes de subir a los Picos de Europa. Rodeado de montañas, atravesado por el río Quiviesa y con un casco histórico de los más bonitos de España, este pueblo es el destino casi perfecto.

Potes es conocido por su impresionante Torre del Infantado, una fortaleza medieval del siglo XIV en pleno centro del pueblo. Este edificio, que perteneció a los Duques del Infantado, ha sido restaurado y hoy alberga un museo interactivo sobre la historia de Cantabria, con exposiciones dedicadas al Beato de Liébana y su influencia en la Edad Media. Desde lo alto de la torre, podrás disfrutar de las mejores vistas.

Otro de los lugares más conocidos de la zona es el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, un santuario de gran importancia religiosa que guarda el Lignum Crucis, el fragmento más grande conocido de la cruz de Cristo. Este monasterio es, junto a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, uno de los lugares de peregrinación más importantes del cristianismo. Cada Año Jubilar Lebaniego, miles de peregrinos llegan hasta aquí para cruzar su Puerta del Perdón y visitar el relicario.

Para llegar al pueblo, es imprescindible atravesar el Desfiladero de la Hermida, un impresionante cañón de 21 kilómetros de longitud esculpido por el río Deva. Y, si paras en el pueblo de Liébana, hay un pequeño restaurante que sirve unas comidas alucinantes. Puedes consultarlo en nuestro artículo sobre Comer en Cantabria. La gastronomía en Potes es otro de sus grandes atractivos. No podíamos irnos sin probar el cocido lebaniego, un plato contundente elaborado con garbanzos, carne y embutidos de la zona.

Por falta de tiempo, no pudimos subir a los Picos de Europa en el teleférico de Fuente Dé, una de las excursiones más recomendadas de Potes. Pero bueno, siempre hay una buena razón para volver y seguir conociendo un poquito más de Cantabria.

Enclavado en la costa occidental de Cantabria, Comillas fue nuestro último destino antes de finalizar nuestro viaje por Cantabria en 4 días. Este pueblo mezcla su estilo de villa costera con el esplendor del modernismo de Gaudí y es un auténtico museo al aire libre. El Capricho de Gaudí es el principal atractivo turístico. Se trata de una de las pocas obras del célebre arquitecto fuera de Cataluña. El Capricho es una colorida mansión, diseñada en 1883 para el indiano Máximo Díaz de Quijano, una explosión de creatividad con su fachada revestida de cerámicas en forma de girasoles, torres de inspiración oriental y formas ondulantes que reflejan la obsesión de Gaudí por la naturaleza. Te recomendamos reservar tu entrada y no perdértelo. ¿Adivinas quién no paró de hacerse fotos todo el rato?

Otro de los edificios imprescindibles de Comillas es el Palacio de Sobrellano, una residencia de estilo neogótico que perteneció al Marqués de Comillas. Su interior, ricamente decorado con muebles diseñados por Gaudí y otros artistas modernistas, es una muestra del lujo y el refinamiento de la burguesía del siglo XIX. De frente se alza la Capilla-Panteón, un templo que mezcla estilos góticos y modernistas.

Seguimos con el Cementerio Modernista, un espacio místico reconocido por la escultura del Ángel Exterminador, una figura alada que corona las antiguas ruinas de la iglesia. Más allá de su arquitectura, Comillas también nos conquistó por el estómago. Probamos platos de la gastronomía local, como las rabas de calamar, quesos cántabros, y un cachopo (influencia de Asturias).

Liérganes está rodeado de un entorno natural privilegiado y no es de extrañar que sea uno de los pueblos más bonitos de Cantabria. Este lugar es conocido principalmente por la leyenda del Hombre Pez, una leyenda local sobre un joven que, tras desaparecer en el mar, regresó años después convertido en una criatura misteriosa. Esta historia se ha popularizado tanto que cuando se habla de Liérganes, directamente se piensa en el hombre pez.

En tu visita podrás conocer el Puente Mayor, el segundo símbolo del pueblo. Construido en el siglo XVI, un puente de piedra que conecta las dos orillas del río Miera. Con su fondo tan característico: Las Tetas de Liérganes. Otro de los edificios únicos del pueblo es la Casa de los Cañones, una casona señorial del siglo XVII. Su nombre le viene de los cañones de hierro que decoran su fachada, un recordatorio de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada que se encuentra muy cerca del pueblo.

Además de su patrimonio, Liérganes es famoso por sus balnearios de aguas termales, conocidos desde el siglo XVII por sus propiedades medicinales. Por lo que después de patearte el pueblo, puedes aprovechar para relajarte en las aguas mineromedicinales. La tradición termal de Liérganes lo convirtió en uno de los destinos de salud más prestigiosos de España, compitiendo con los baños de olas que hacía la nobleza española en Santander.

Pegado al Mar Cantábrico, Castro Urdiales es uno de los pueblos costeros donde podrás encontrar una gran mezcla de tradición marinera con un impresionante patrimonio arquitectónico. Uno de los grandes atractivos de la villa es la Iglesia de Santa María de la Asunción, considerada uno de los mejores ejemplos del gótico en Cantabria. Construida entre los siglos XIII y XV, su estilo recuerda a las catedrales europeas. Una de las mejores formas de conocer toda su historia es con un tour guiado. ¿A que no adivinas quiénes se quedaron sin plazas?

Junto a la iglesia se encuentra el Castillo-Faro, una fortaleza medieval defensiva reconvertida en faro en el siglo XIX. No te olvides de pasear por el puerto pesquero, otra de las experiencias que hacen única la visita a Castro Urdiales. Las casas de pescadores, de coloridas fachadas y balcones llenos de flores, se mezclan con las tabernas que ofrecen los tradicionales pintxos (influencia del País Vasco).

Además, Castro Urdiales ofrece playas como Brazomar y Ostende, perfectas para un día de relax total en una de las mejores playas de Cantabria. Si decides recorrer el paseo marítimo, es la mejor manera de disfrutar del patrimonio de Castro Urdiales y sus impresionantes vistas. Pero ojo, otra de las mejores vistas es desde un barco, desde el cuál podrás ver su casco histórico, los restos de la Guerra Civil y uno de los cementerios más bonitos de nuestro país.

Dentro del Parque Natural de Saja-Besaya se encuentra el que es considerado como el pueblo más antiguo de Cantabria, Bárcena Mayor. Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, gracias a su arquitectura montañesa. Sus viviendas tradicionales, con balcones de madera labrada y tejados a dos aguas, son un reclamo para cientos y cientos de turistas todos los años.

La gastronomía es otro de los grandes atractivos de Bárcena Mayor. No se puede visitar este pueblo sin probar un auténtico cocido montañés, el plato más importante, y para nosotros delicioso, de la cocina cántabra de interior. Servido en las tabernas tradicionales del pueblo, este guiso se cocina a base de alubias, berza y compango (chorizo, morcilla y tocino). Sólo pruébalo y disfruta.

Además de su patrimonio histórico y culinario, Bárcena Mayor es la puerta de entrada al Parque Natural de Saja-Besaya, paraíso para los amantes del senderismo. Las rutas que salen desde el pueblo te adentran en los bosques de robles y hayas, ríos y el paisaje montañoso de esta zona de Cantabria. Sabemos que aún no lo hemos mencionado, pero sí, Bárcena Mayor está reconocido como uno de los «Pueblos más Bonitos de España». ¿Cuál es tu excusa para no ir a visitarlo?

De montañas a montañas, nos vamos a los únicos e increíbles Picos de Europa. Allí, bajo su imponente silueta se encuentra un pequeño pueblo, Mogrovejo. Su arquitectura tradicional ha hecho que este pequeño rincón de Cantabria haya sido elegido como escenario de películas y series, lo que le ha valido el reconocimiento como uno de los pueblos más pintorescos de la región.

Uno de sus pequeños tesoros es su torre medieval, una torre defensiva del siglo XIII. Este monumento declarado Bien de Interés Cultural, servía para vigilar el Valle de Liébana y proteger a los habitantes de posibles ataques. Junto a ella se encuentran casonas de estilo montañés, con sus tejados de teja roja y balcones de madera. El conjunto arquitectónico de Mogrovejo se conserva prácticamente inalterado, lo que refuerza su atractivo cinematográfico.

Los picos nevados en invierno y las verdes praderas en verano crean un contraste con el pueblo que convierte cualquier paseo en una fantasía. Otro lugar que merece la pena visitar en Mogrovejo es el Museo de la Escuela Rural que recrea cómo eran las aulas de los pueblos de montaña en décadas pasadas. Este museo te permitirá viajar a la España del pasado y entender cómo era la vida educativa en zonas rurales. Encontrarás pupitres de madera, pizarras de piedra y libros antiguos. Una perspectiva diferente de los típicos museos que se acostumbra a visitar.

Al encontrarse en un entorno tan privilegiado como son los Picos de Europa, las rutas de senderismo por el valle de Liébana son otro de sus puntos fuertes. Senderismo, rutas de bicicleta de montaña y actividades en la naturaleza, ¿necesitas algo más para conocer Mogrovejo?

Volvemos al centro de Cantabria para conocer Carmona, otro de los pueblos más bonitos de esta región. El pueblo destaca por sus viviendas tradicionales, con tejados de teja roja y balcones de madera. En algunas fachadas aún podrás encontrar escudos heráldicos de las familias nobles que habitaron el pueblo.

Sin embargo, lo que hace realmente especial a Carmona no es su arquitectura, sino su ambiente. Aunque ha sido reconocido como uno de los pueblos más bonitos de Cantabria, sigue siendo un secreto bien guardado. Aquí no hay aglomeraciones, ni calles saturadas de visitantes. La tranquilidad es absoluta, lo que convierte a Carmona en un refugio perfecto para desconectar del mundo y reconectar con el relax. El entorno natural que rodea el pueblo es un complemento perfecto para tu visita. Sin grandes rutas turísticas ni miradores abarrotados, la naturaleza aquí se vive de forma más relajada. Ideal para el avistamiento de animales, los cuales se dejarán ver más fácilmente al no haber tanta gente.

Por último lugar llegamos a Suances, una localidad muy cercana a dónde nos alojamos. Si hay un lugar en Cantabria que combina a la perfección la esencia costera con paisajes espectaculares, ese es Suances. Conocido por sus playas, este pueblo costero se ha convertido en uno de los destinos favoritos para quienes buscan disfrutar del mar Cantábrico.

Uno de los principales atractivos de Suances son sus playas, especialmente la Playa de Los Locos y la Playa de La Concha. Los Locos es famosa por ser un paraíso para los amantes del surf, gracias a sus olas y su ambiente jóven. Prueba una clase de surf y descubre si es tu deporte, o no… La panorámica desde los acantilados es impresionante, especialmente al atardecer. Por otro lado, la Playa de La Concha, con su amplio arenal es ideal para familias y para un turismo más relajado.

Los acantilados de Punta Ballota son una visita que no puedes perderte. Desde este punto se pueden contemplar impresionantes vistas del mar Cantábrico y de la costa cántabra. El puerto de Suances es otro de los puntos clave del pueblo. Ambiente marinero, pequeños barcos pesqueros, bares y restaurantes, es el lugar ideal. La gastronomía marinera es uno de los grandes atractivos del puerto, donde se pueden degustar platos típicos como el sorropotún (guiso de bonito), mariscos frescos y pescados a la brasa. Todo ello acompañado de un buen vino blanco de la región, mientras te sientas en una mesita frente al mar.

En la temporada de verano encontrarás mercadillos artesanales y una vida nocturna tranquila pero animada. Todo esto, añadido a que se encuentra muy cerca de otros destinos de Cantabria convierte Suances en el lugar perfecto para alojarse y recorrer Cantabria.

Para aprovechar al máximo tu recorrido por los pueblos más bonitos de Cantabria, es fundamental que tengas en cuenta algunos consejos clave:

• Mejor época para viajar a Cantabria

La mejor época para recorrer estos pueblos es sin duda primavera y verano. Durante estos meses, el clima es mucho mejor, con temperaturas calurosas de día y refrescantes por la noche. Las horas de luz son mayores y eso te permite disfrutar al máximo de las playas, rutas y visitas. Además, es cuando muchos de los pueblos celebran sus fiestas locales, genial para vivir de cerca las tradiciones cántabras. Eso y «celebrar» con los cántabros, ya nos entendemos… Sin embargo, en otoño también tendrás paisajes espectaculares con los bosques teñidos de tonos rojizos y dorados, ideales para un ambiente más tranquilo.

• Transporte

Para visitar Cantabria con total libertad y poder llegar a sus pueblos más lejanos, lo más recomendable es alquilar un coche. La región está llena de rutas que atraviesan montañas, valles y la costa, con vistazas durante tu camino. Tener un coche propio permite la flexibilidad de detenerte en miradores, recorrer senderos poco transitados y moverte a tu ritmo.

• Gastronomía:

La gastronomía cántabra es un auténtico placer para el paladar y una parte esencial de cualquier viaje. Entre los platos y productos que no te puedes perder destacan los sobaos pasiegos, esponjosos y dulces, perfectos para acompañar un café. El cocido montañés, elaborado con alubias, berza y embutidos, y, por supuesto, los quesucos de Liébana, pequeños quesos artesanales con un sabor intenso y característico de la zona. Si quieres saber qué comimos y dónde, no te pierdas nuestro artículo sobre: Comer en Cantabria.

Cantabria también sorprende con su variedad de pescados y mariscos frescos en la zona costera, destacando platos como el sorropotún en San Vicente de la Barquera o las rabas en los bares junto al mar. No olvides probar el orujo de Liébana, un licor tradicional que se produce en los valles cántabros. Perfecto para regalárselo a algún amigo/familiar, nosotros triunfamos.

Con este «Plan D» de despedida, cerramos este recorrido por los pueblos más bonitos de Cantabria. Es hora de poner en marcha el plan: Descubrir, Deleitarte y Desconectar. Te invitamos a seguir explorando en nuestros artículos, donde en 4 días descubrirás los encantos de Cantabria, Santillana del Mar y el bullicio de Santander. ¿Quieres hacer una ruta muy chula por Santoña? No te pierdas la ruta del Faro del Caballo. ¡Planifica ya tu próxima escapada a Cantabria!